Una investigación realizada por el Centro de Regulación Genómica de Barcelona ha descubierto que los genes pueden determinar la hora de la muerte de un fallecido.
Tras analizar 7.000 muestras de 36 tejidos diferentes, pertenecientes a 540 personas distintas todas ellas fallecidas, los autores del estudio observaron que después de fallecer se continúan produciendo cambios en la expresión de los genes, que varían cada tejido y en el tiempo transcurrido.
Cambios antes y después de morir
Algunos cambios se producían instantes después de morir y otros cambios tenían lugar horas o días más tarde. Por ello, los autores del estudio creen que con este descubrimiento se podría desarrollar un modelo predictivo que permita calcular el momento en que se produzco la muerte de una persona, tomando como referencia esos cambios en la expresión genética.
Pese a que el estudio quería demostrar que la actividad genética no se detiene inmediatamente en el momento de la muerte, todavía se desconoce el motivo fisiológico. Aun así, este descubrimiento, sería un avance importante a la hora de realizar autopsias o investigar crímenes en los que hay fallecidos implicados.