Un estudio elaborado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, ha creado una vacuna que puede eliminar todos los rastros de cáncer en los animales, incluidas las metástasis distantes y no tratadas. La prueba se ha testado con ratones y en todos ellos desaparecieron los tumores.
La vacuna tiene efecto con muchos tipos diferentes de cáncer, excepto el de colon, mama y melanoma. Los científicos creen que la aplicación local de cantidades muy pequeñas de los agentes podría servir como una terapia contra el cáncer rápida y relativamente barata, y que a priori, no tiene efectos secundarios.
"Cuando usamos estos dos agentes juntos, vemos la eliminación de tumores en todo el cuerpo", ha explicado Ronald Levy, profesor de Oncología. "Este enfoque evita la necesidad de identificar objetivos inmunes específicos del tumor y no requiere la activación al por mayor del sistema inmune o la personalización de las células inmunes de un paciente", ha detallado detalla.
Pruebas para humanos
Una de estas vacunas ya está preparada para ser usada en humanos a modo de prueba. Esta investigación es pionera en el campo de la inmunoterapia contra el cáncer. Los científicos investigan el sistema inmune del cuerpo humano para combatir la enfermedad y a partir de ahí explotar la potencia de la actividad anticancerígena de las células inmunes.
El estudio concluye en que con el uso de estas vacunas que atacaron al primer tumor desaparecieron, consecuentemente, el resto de tumores en el cuerpo de 87 ratones de los 90 examinados.
Los cánceres existen en un extraño tipo de limbo con respecto al sistema inmune, y las células inmunes reconocen las proteínas anormales que a menudo están presentes en las células cancerosas y se infiltran para atacarlas. Pero según crece el tumor, suele diseñar formas de suprimir la actividad de las células T. Pero con éste método, inyectar en un sitio del tumor los dos agentes causó la regresión no solo de ése, sino de un segundo tumor no tratado. Se curó el cáncer en 87 de 90 ratones. Aunque reapareció en tres de los roedores, los tumores retrocedieron nuevamente después de un segundo tratamiento.
Con este tratamiento se evitó la aparición de futuros tumores. El tratamiento del primer tumor que surgió evitó en la mayoría de los casos la aparición de futuros tumores y elevó significativamente la esperanza de vida. Ahora queda esperar si dicha prueba puede aplicarse en humanos.