Dejar de contaminar el aire de la Tierra podría tener consecuencias nefastas para el planeta. Un grupo de científicos sostiene esta afirmación tras realizar una investigación sobre la temperatura del planeta y cómo la actividad humana afecta sobre ella. Según estos científicos, la contaminación atmosférica ayuda a enfriar el clima, evitando así parte del calentamiento global.

Pese a que aseguran que no toda la contaminación es 'buena', algunos aerosoles, generalmente emitidos por actividades industriales, como los sulfatos, protegen al planete de la radiación solar. Según ellos y en base a su estudio, dejar de emitir estos gases podría empeorar las consecuencias del calentamiento global y causar efectos climáticos extremos con la subida de entre 0,5 y 1,1 grados de temperatura global.  

Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron cuatro modelos climáticos globales, simulando los efectos que ocurrían tras la eliminación de todas las emisiones de los principales aerosoles causadas por los humanos, incluyendo los sulfatos y las partículas a base de carbón como el hollín.

Los investigadores hallaron que la eliminación de emisiones de aerosoles tendría consecuencias regionales, causando cambios significativos en las precipitaciones y otros patrones climáticos en ciertas partes del mundo. Y los lugares donde la contaminación del aire es más grande experimentarían efectos climáticos más fuertes. Por ejemplo, Asia Oriental podría experimentar un fuerte aumento de las precipitaciones y de fenómenos meteorológicos extremos.