Sin tocar pista y sin dañar la avioneta. Así es el aterrizaje de emergencia perfecto.

Lo hizo un piloto norteamericano. La maniobra tuvo lugar en el aeropuerto de Saint Mery’s en Maryland, una pequeña infraestructura aeronáutica en Estados Unidos rodeada de densos bosques y zonas pobladas que hacían aún más peligrosa la maniobra.

La pericia del piloto llega al punto de detener los rotores en el momento justo para que no se dañen con la pista y dejar la avioneta perfectamente posada en pista y con tan solo pequeños daños en la panza, resultado del arrastre. Impresionante.