Un grupo de jóvenes quiso llevaer a cabo un experimento, de esos que deberían quedar en simples bromas. Al parecer, a este grupo de amigos la broma verbal se les quedó corta y decidieron hacerlo.

Mientras uno grababa y los demás reculaban, uno encendió un petardo y lo colocó en el maletero de un coche que más tarde cerró. Tras unos segundos de espera, el maletero del coche explotó y dejó el coche totalmente destrozado. La travesura podía haber acabado en tragedia si hubiera afectado al depósito del coche y encendido otros vehículos cercanos.