El uso excesivo del teléfono móvil conlleva un aumento "considerable" del riesgo de sufrir déficit de atención, problemas de memoria, disminución del rendimiento académico, alteraciones del sueño, problemas de alfabetización o reducción de las capacidades de aprendizaje de los menores en periodo escolar.
Así lo ponen de manifiesto los impulsores de Smartme Family, una aplicación familiar gratuita que apoya a los padres en la educación digital de sus hijos. Destacan que hasta el 73% de los menores han utilizado el teléfono móvil en alguna ocasión entre la 1:00 y las 6:00 horas en días de colegio.
En este sentido, advierten de que la adicción a las nuevas tecnologías no sólo perjudica el desarrollo académico de los niños, sino que también dificulta el proceso de socialización. Un estudio revela que el 34% de los menores de 18 años pasan más de una hora y cuarto usando el móvil cada día, lo que excede el tiempo habitual de uso entre niños y adolescentes.
Problemas de largo plazo
Según los expertos en uso responsable de smartphones, estos niños se relacionan menos con su entorno y son cada vez más dependientes de sus teléfonos móviles. Además, apuntan que esta conducta adictiva fomenta el sedentarismo, lo que podría provocar problemas de salud como la obesidad, la diabetes y afecciones cardiovasculares.
Por otro lado, advierten de que la exposición a contenidos violentos provoca que los niños "pierdan sensibilidad ante este tipo de conductas". Añaden que la adicción al teléfono móvil y las nuevas tecnologías en un estadio muy elevado podría desembocar "en enfermedades mentales como depresión y ansiedad infantil, trastornos bipolares, psicosis y problemas de conducta".
"No se trata de demonizar el terminal, sino de guiarles y enseñarles todas las posibilidades que tiene un teléfono móvil para que sepan a qué pueden enfrentarse con su uso", explica Pascual Hernández, consejero delegado de Smartme Family.