La vida en pareja pasa por un constante cambio en los tiempos que corren. Los roles en el hogar han mutado, al igual que los medios disponibles para comunicarse. En esta época de transformaciones, hay dos elementos que han incrementado llamativamente: los divorcios y las sospechas de infidelidad.
El primero de ellos puede tener múltiples explicaciones, que seguramente estén más ligadas a un fenómeno social que a una crisis en la relación entre dos personas. El segundo, al tener un componente tan subjetivo, se hace más difícil de comprender. Por ello, es importante tener en cuenta cuáles son los cinco elementos más sugerentes de una conducta adúltera.
1-Ausencias cada vez más frecuentes
Cuando las ausencias comienzan a ser algo cotidiano es hora de preocuparse, sobre todo si esto no era habitual en un pasado cercano. Una relación paralela, lógicamente conlleva a un cambio de rutina.
Horas extras en el trabajo, reuniones con amigos o visitas a familiares lejanos, suelen ser algunas de las excusas más frecuentes. Lo cierto es que toda persona que comete infidelidad, en mayor o en menor medida, comienza a dedicarle tiempo a una actividad que previamente no realizaba. Por ello, el estar cada vez menos presente, es uno de los indicios más importantes.
2-Escaso o nulo apetito sexual
Cualquier relación tiene una serie de patrones de conducta que se repiten. Si bien existen parejas en las cuales no hay una vida sexual particularmente activa, prácticamente todas ellas suelen mantener relaciones con determinada frecuencia.
Uno de los métodos más habituales para descubrir un caso de infidelidad es a través de la frecuencia con la cual se copula. Cuando esta sufre un notorio descenso, puede significar que una de las personas (o ambas) no está tan interesada en la otra, y en ese caso, quizás exista una tercera que satisfaga ese deseo.
3- Exagerada preocupación por la imagen
Luego de cierto tiempo de convivencia, ambos miembros de la pareja saben exactamente en qué medida le preocupa a su media naranja la apariencia. Si bien esto es algo que puede cambiar, lo que debe llamar la atención es cuando esta transformación se produce de forma repentina.
Cuando una persona comienza a preocuparse excesivamente por su aspecto, varias son las hipótesis que se pueden manejar para explicar este cambio. Entre ellas, la que seguramente tome más trascendencia, es la de la infidelidad.
4- Secretismo a la hora de utilizar medios de comunicación
Hasta hace algunos años, la comunicación entre personas que no se encontraban en un mismo lugar físico se daba a través de llamados telefónicos o de cartas. Hoy en día, las posibilidades son tantas, que incluso existen servicios de mensajería (como Telegram) que se encargan de borrar las conversaciones algunos minutos después de terminadas.
Cuando una persona comienza a ocultarse de su pareja para utilizar los medios de comunicación, probablemente esto se trate de un caso de infidelidad. Para detectarlo, lo importante es que haya un cambio notorio en este sentido. Si se aprecia que alguien utiliza cada vez menos su teléfono frente a su pareja, y que normalmente intenta esconderse para hacerlo, es probable que lo haga porque tiene algo que no desea revelarle.
5- Evasión del tema de la infidelidad
Para intentar comprender la conducta de una persona, lo mejor es siempre hablarlo con ella directamente. En una pareja esto debería ser algo frecuente, ya que se da por sentado que hay un alto nivel de confianza entre las partes.
Si al intentar abordar el tema de la infidelidad, el sospechoso de llevarlo a cabo prefiere ignorar la pregunta, o tratar a su pareja como si estuviera loca por la suposición, entonces es probable que efectivamente esté cometiendo adulterio. Si la persona no tiene nada que ocultar, se mostrará natural, tranquila, y dispuesta a conversar lo que sea necesario para mantener la buena relación con su pareja.