Aunque Samoa, Tonga y Kiribati son los primeros territorios habitados en los que se recibe el nuevo año, es la ciudad Sídney con su tradicional espectáculo de fuegos artificiales la que se ha convertido en el icono del año nuevo en las antípodas.
Este año, una vez más, los fuegos artificiales han iluminado el Puente del Puerto de Sídney, su emblemática Casa de la Ópera y las aguas de la bahía durante unos intensos ocho minutos, los primeros del nuevo año, a las 14.00 hora peninsular española.
Las autoridades calculan que en torno a un millón de personas han participado en las celebraciones de fin de año en el puerto de Sídney y han presenciado los fuegos artificiales, dedicados este año a algunas de las figuras musicales que han fallecido en 2016.
Así, una lluvia de fuego púrpura ha rendido homenaje a Prince y ha habido guiños claros al clásico de David Bowie Space Oddity. Todo ello en una función en la que se han utilizado siete toneladas de pirotecnia.