Dentro de cuatro años será imposible comprar vasos, platos y cubiertos de plástico desechable en Francia. Así lo ordena una ley aprobada el pasado mes de septiembre, la más ambiciosa del mundo en este aspecto. Esta normativa ordena que toda la vajilla desechable sea fabricada en un 50% con materiales biodegradables, una cifra que subirá al 60% a partir de 2025.
La medida es una extensión de la Ley de Transición Energética para el Crecimiento Verde, aprobada el año pasado con el objetivo de mitigar el impacto del cambio climático. De esta forma, el país galo se convierte en un líder mundial en el ámbito de soluciones energéticas y medioambientales.
Sin embargo, la medida no ha sido aplaudida por todos. Los principales fabricantes de envases advierten de que esa normativa viola la ley europea sobre la libre circulación de bienes y que todavía no existe un material de envasado que cumpla los estrictos requisitos de higiene alimentaria y que, a la vez, pueda ser compostado en un recipiente doméstico. La polémica está servida.