Ayer sábado 3 de junio, Daniel Clará, hijo y heredero de la diseñadora Rosa Clará, y Anne-Marie Colling se dieron el “sí, quiero”. París fue testigo de una ceremonia inolvidable en la que la novia lució cuatro diseños de alta costura de Clará, fieles al estilo de la casa, sofisticados, modernos y elegantes, que reflejan la exquisita artesanía y savoir-faire. Invitados llegados de todo el mundo acudieron a la cita.

La Ciudad de la Luz fue elegida por su eterno romanticismo, su apasionante historia y su relación con la moda. La celebración empezó el viernes con una fiesta preboda en un crucero por el Sena. La novia eligió un vestido corto en color perla suave con micropedrería e hilos de plata, acabado con flecos de cristal.

Basílica de Santa Clotilde

Un diseño deslumbrante, con escote semibarco y sin mangas, que evoca el estilo de los años 20 y el glamour del Gran Gatsby. La diseñadora y madre del novio, lució un conjunto de pantalón y blusa, realizado en crepe de seda natural en color azul Klein. El novio vistió una elegante americana de lino y seda en color beige de Canali y pantalón azul marino.

Para la ceremonia religiosa celebrada el sábado, la pareja eligió la impresionante Basílica de Santa Clotilde, del siglo XIX, considerada la primera iglesia de estilo neogótico de la ciudad. El cortejo nupcial se inició bajo los acordes de la canción “Hallelujah” interpretada por un coro de 30 niños y niñas, un detalle que Anne-Marie ha preparado en secreto para su marido.

El novio, Chaqué gris marengo

La entrada del novio, con chaqué gris marengo, con chaleco cruzado en color gris perla y cuello chal de Canali y camisa blanca de popelín de algodón con corbata de seda de Yusty, acompañado por su madre, quien lució un diseño en crepe de seda en color magenta con bordados de piedras preciosas, ágatas de diferentes colores, como fucsia, lila, amarillo, naranja, azul… entrelazadas con cristales de bohemia.

Impresionante también fue la entrada de los seis groomsmen --caballeros de honor--, vestidos con chaqué y con corbata en el mismo tono que los vestidos de las damas de honor, y las seis bridesmaids (damas de honor), vestidas también de Rosa Clará con diseños realizados en muselina de seda color rosa empolvado, y looks de tendencia con cut-outs y drapeados.

Ella, vestido joya

La novia, Anne-Marie, acompañada de su padre, cautivó a todos con un espectacular vestido joya, realizado en chantilly francés bordado a mano con micropedrería, delicadas flores y cristal, silueta lápiz y escote halter. El look de la novia se ha complementado con una femenina sobrefalda de gazar de seda natural, con gran volumen y con más de 3 metros de cola, y un velo liso de seda natural de más de 4 metros de largo. Para la realización de este vestido se han necesitado más de 500 horas de trabajo.

“El encargo más importante de mi carrera, sin duda, ha sido diseñar el vestido de mi nuera”, explica Rosa Clará. Una vez declarados marido y mujer, los vítores se sucedieron para celebrar a la pareja en su salida del templo y para dar paso a la recepción celebrada en el espléndido Musée Rodin, situado a escasos metros. Con su palacete rococó y sus majestuosos jardines de estilo francés, salpicados por las esculturas del célebre artista, quien habitó en el palacio en la última etapa de su vida, el Musée Rodin fue un escenario mágico, lleno de arte, historia y glamour, para el convite.

Segudo look nupcial

Como si se tratara de una obra de arte más de la colección del museo, Anne-Marie Colling deslumbró con su segundo look nupcial. Un impresionante vestido de silueta clásica, con escote palabra de honor y falda tulipán. Confeccionado en un doble raso duquesa de seda, se ha pintado a mano al óleo, con la técnica del espatulado por un artista del norte de Italia con un diseño exclusivo de románticas flores de cinco pétalos, inspiradas en el jazmín, y rematado con un sutil toque de polvo de oro para una auténtica imagen de alta costura contemporánea que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.

El segundo vestido de la novia se ha completado con un wateau de tul con el mismo diseño y técnica del vestido. Anne-Marie ha declarado sentirse “muy afortunada de haber podido trabajar con Rosa y su equipo, todo el proceso ha sido muy emocionante. Siempre me he identificado mucho con la marca y me siento muy feliz de poder llevar cuatro vestidos de alta costura pensados para cuatro momentos muy especiales de la boda”. Por su parte, Dani Clará ha reconocido: “Me encantan las sorpresas, y aunque tengo que confesar que en algunos momentos ha sido difícil no indagar en los detalles de los vestidos, sin duda, las dos personas que más me conocen, mi madre y Anne-Marie, han conseguido sorprenderme y han acertado con creces. Anne-Marie estaba simplemente espectacular”.