El padre y la madrastra de un niño de nueve años de Estados Unidos que fue sometido a torturas hasta fallecer se enfrentan a la pena de muerte después de que el juez de Idaho que lleva el caso haya valorado que existen pruebas suficientes para tirar adelante el juicio por asesinato. Según el relato reconstruido por la fiscalía, Emrik Osuna murió tras meses de palizas, actividad física forzosa y falta de comida.
Según informa la revista estadounidense People, el juez Daniel Steckel ha decidido continuar con las diligencias abiertas por la fiscalía. De ser condenados, los dos investigados, que están privados de libertad bajo una fianza de dos millones de dólares, podrían ser ejecutados o recibir una sentencia de cadena perpetua.
La policía no pudo reanimarlo
Erik Osuna, el padre, se enfrenta además a cargos de destrucción de pruebas, infringir daños corporales y heridas a un menor. El 1 de septiembre de 2020, Osuna envió presuntamente un mensaje a su mujer Monique Osuna, en la que confesaba estar asustado y en el que dudaba sobre si solicitar asistencia médica para su hijo.
La policía recibió un aviso al teléfono de emergencias y al acudir se encontró al niño, cuyo cuerpo sufría inflamación, sin respirar y sin pulso, cubierto sobre su propio vómito. Los agentes trataron de reanimarlo sin éxito y finalmente el hospital al que fue trasladado declaró su muerte.
20 horas de ejercicio diarias
La fiscalía ha mostrado al juez vídeos grabados por las cámaras que los investigados habían instalado en su apartamento. La policía ha analizado dos semanas de cintas.
En las imágenes aparece presuntamente Emrik siendo obligado a hacer ejercicio físico intenso, en algunas ocasiones a lo largo de hasta 20 horas diarias. Los vídeos también muestran a Monique Osuna supuestamente agarrando al niño del pelo para arrastrarlo a la cocina y pegarle, entre otras escenas de maltrato infantil.