Desde que el imperio romano fundara la capital inglesa a orillas del río Támesis, Londres se ha ido construyendo como la mayor ciudad del archipiélago inglés. Actualmente ha crecido tanto que se diferencia una zona histórica, donde están los principales monumentos, y la City de Londres que es uno de los distritos financieros más importantes del mundo.
Esa zona más histórica es en la que habrá que centrar principalmente un viaje de tan solo 3 días. Cabe destacar que, aunque el Metro de Londres es uno de los más antiguos y llega a casi cualquier lugar, la inmensidad de la ciudad hace que sea necesario caminar largos trayectos obligatoriamente. Además, un consejo importante es madrugar bastante, puesto que en Inglaterra suele anochecer antes que en España.
Comenzar en Buckingham
Un monumento esporádico, pero muy característico de la visita a Londres es el Palacio de Buckingham y en concreto su popular cambio de guardia. Este tiene lugar sobre las 11 de la mañana y acuden cientos de turistas a observarlo, a pesar de que dura más de 45 minutos. Además, antes de llegar al palacio lo ideal es tomar la parada de Charing Cross y empezar a bajar hacia Trafalgar Square, donde se podrá ver la estatua del almirante Nelson.
El resto de la mañana se puede invertir en el museo National Gallery, la institución artística y cultural más importante de Reino Unido. Posteriormente, cerca del palacio de Buckingham las primeras horas de la tarde serán para pasear por St. James’s Park hasta atravesarlo por completo. A su salida por el lado contrario, estarán las Churchill War Rooms, pertenecientes al Museo Imperial de la Guerra, donde el gobernador Winston Churchill comandó sus ejércitos durante la Segunda Guerra Mundial.
Westminster y más museos
La mañana del segundo día comenzará en la Abadía de Westminster, a orillas del caudaloso río Támesis. En este lugar se encuentra el monumento por antonomasia de Londres, el Big Ben. Este imponente reloj tiene a sus pies la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores, los parlamentos británicos que también pueden visitarse. Tras esto, un lugar perfecto es Greenwich Park, un espacio natural que ya cuenta con una ruta en su interior para llegar al Royal Observatory donde hay una exposición astronómica.
Otro de los grandes monumentos de Londres es en forma de torres. En Tower Hill encuentra el puente Tower Bridge, la Tower of London y el HMS Belfast, un barco museo que narra la historia de la Marina Real Británica. A su salida y siguiendo a orillas del Támesis, se llega al puente Millenium Bridge, que será necesario atravesar para visitar la imponente Catedral de St. Paul.
Arte en Londres
La tarde del segundo día será para invertirla en las múltiples exposiciones de arte moderno y vanguardista que tiene Tate Modern, el Museo Nacional Británico de Arte Moderno. De sus paredes de una antigua central eléctrica cuelgan obras de Dalí, Picasso o Kandinski.
Siguiendo el Támesis en sentido sur, se discurren múltiples cafés perfectos para hacer una parada en estos ocupados tres días. Además, en esta dirección se encuentra también el National Theatre, uno de los auditorios más bonitos de Londres, y Jubilee Garden. Este último es un pequeño parque junto al río que tiene en su interior la gran noria de Londres: London Eye.
Las compras para el último día
Si nos queda aliento en esta visita exprés a la capital británica, una buena idea sería visitar uno de los mejores museos de cera del mundo, el mítico y original Madame Tussauds. En este edificio están representadas una gran cantidad de celebridades y personalidades míticas de todos los tiempos. Asimismo, muy cerca de este lugar está el número 221B de Baker Street, la casa del detective más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes.
Por último, en el distrito de Tottenham Court se encuentra Oxford Street. Esta calle es un lugar comercial repleto de tiendas de moda, videojuegos decoración... Una calle espectacular e imprescindible para los amantes del shopping. Y si el bolsillo es pudiente, justo a su derecha se encuentra Regent Street, una zona de lujo y tan popular que recibe la friolera de casi 8 millones de visitas turísticas al año.