Algo tan sencillo como hacer la cama por las mañanas puede ser de las cosas más tediosas que haya que hacer a lo largo del día. Aunque desde pequeño el ser humano sabe que lo ideal es recoger todo una vez se deje de usar, no siempre es ni será así. Mientras que muchos tratan de evitar tener que hacerla, otros no dudan en dejar su habitación ordenada nada más levantarse.
Por cada "pasota" innato en este campo hay alguien que se enfada por no hacer la cama. Por suerte, tanto para los más maniáticos como para los más perezosos existen estudios para reafirmar sendas posturas.
¿Por qué no hacer la cama?
Un estudio de la británica universidad de Kingston publicado en 2014 afirmaba que hacer al cama por la mañana no era tan bueno como se creía. A pesar de la aparente sensación de orden que confiere a una habitación, colocar las sábanas y mantas al comienzo del día facilita la vida de los ácaros.
Hacer la cama nada más levantarse crea un ambiente propicio para la vida de estos organismos, pues no se permite la ventilación del colchón y las sábanas. El ambiente oscuro y húmedo favorece su proliferación, mientras que ventilar y exponer a la luz a los ácaros termina con ellos y los problemas que puedan crear.
Hacer la cama y empezar con buen pie
No todo iba a ser tan fácil para aquellos a quienes les da igual tenerlo todo un poco manga por hombro. Recientemente, una investigación de Sleepopolis resalta los pros de llevar a cabo esta tarea cuanto antes mejor. Y es que, al parecer, hacer la cama ayuda a mejorar el descanso nocturno y favorece la productividad durante el día, repercutiendo así en la salud.
Se trata de un hábito que puede llegar a suponer hasta una facilidad a la hora de despertarse a diario sin alarmas, algo que para muchos se torna increíble. Esto desemboca en convertirse en una persona más madrugadora que aprovecha más el día porque no dilata el proceso de despertar y levantarse de la cama.