El consumo de sal siempre ha sido un debate que ha suscitado polémica a la hora de hablar de la dieta. La creencia popular ha llevado a restringir el uso de este condimento en las comidas por relacionarse directamente con enfermedades como la hipertensión.
Sin embargo, un reciente estudio ha demostrado que para que la sal llegue a ser perjudicial para la salud debe darse en unas dosis extremadamente altas. Y no sólo eso, sino que una eliminación o escasez de ella en la comida puede ser igualmente dañino para nuestro cuerpo.
5 gramos de sal al día
Según la OMS, el consumo de sal recomendable al día es de unos 5 gramos, una cantidad baja muy difícil de aplicar de forma global. Por este motivo el nuevo estudio, realizado por el Population Health Research Institute de la Universidad Médica McMaster de Ontario (Canadá), toma esta referencia como algo simbólico pero poco práctico en determinados países.
Así lo explica Andrew Mente, profesor y líder de la investigación: “Nuestro estudio evidencia aún más la tendencia que sugiere que un consumo moderado de sal podría ejercer un beneficio en nuestra salud cardiovascular, aunque podría ser dañina en caso de que su consumo sea muy alto o, al contrario, demasiado bajo. Nuestros cuerpos necesitan nutrientes como el sodio, pero la cuestión es cuánto”.
Consumir sal con moderación no afecta al corazón
El sodio contenido en la sal es necesario para el cuerpo. La hiponatremia, una enfermedad asociada a la falta de sodio, produce mareos y fuertes dolores de cabeza y puede desembocar en espasmos e incluso en coma o en la muerte, en el peor de los casos. Por este motivo, la falta de sal en nuestras dietas puede ser tan peligrosa como el exceso.
Así lo declara el coautor del estudio Martin O'Donnell, investigador de PHRI y profesor clínico: “Nuestros hallazgos demuestran que las intervenciones a nivel de la comunidad para reducir la ingesta de sodio deben dirigirse a las comunidades con alto consumo de este coponente y deben integrarse en los enfoques para mejorar la calidad de la dieta en general. No hay evidencia convincente de que las personas con ingesta moderada o promedio de sodio necesitan reducir su ingesta de sodio para la prevención de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares”.