La relación entre Juan Carlos I y su hijo, el ahora rey, Felipe VI no atraviesa su mejor momento. En menos de un mes el rey emérito cumplirá 80 años, concretamente el cinco de enero, y acordar que tipo de fiesta debe celebrarse ha dejado entrever las diferencias entre ambos. El deseo del rey emérito es que se celebre un gran festejo en modo de homenaje a su figura tras una precipitada abdicación hace ya dos años.
Juan Carlos I quiere una fiesta en forma de homenaje y que sea oficial, tal y como se le realizó al rey Harald de Noruega y además, piensa que es un buen momento para rendirle un homenaje ras 40 años de trayectoria.
Por su parte, Felipe, actual jefe de estado, no opina lo mismo. Coincide en realizar una fiesta, pero no a nivel oficial ni ostentosamente. El rey prefiere que se celebre en la intimidad de La Zarzuela tal y como es habitual estos últimos años. Por ello, el rey emérito ha amenazado que si no se le celebra una fiesta, lo hará el por su cuenta lejos de España, poniendo de nuevo en riesgo la integridad de la Casa Real española. De momento habrá que esperar a la decisión final, pero también hay que tener en cuenta que el delicado estado de salud del monarca podría facilitar una gran fiesta para homenajearle.