Dos meses después de que saliesen a la luz las primeras acusaciones contra Harvey Weinstein, la actriz mexicana Salma Hayek denuncia ahora que el productor le acosó en múltiples ocasiones, le amenazó de muerte y la presionó para grabar escenas de sexo.

Hayek ha explicado en una columna en The New York Times que había tenido que decir “no” a Weinstein cuando le proponía ducharse juntos y cuando le ofrecía sexo oral.

La intérprete explica que su testimonio no era necesario porque ya hay muchas mujeres que han alzado la voz y no cree que su historia fuese a cambiar nada, pero se dio cuenta de que “contarlo era la única forma de resolver este capítulo”.

Con dulzura y amenazas

Hayek asegura que el productor le persuadía tanto con palabras dulces, como con amenazas. Explica que incluso la amenazó de muerte en más de una ocasión.

La actriz define a Weinstein como un "apasionado cinéfilo, un hombre atrevido, un mecenas de la industria del cine, un padre cariñoso y un monstruo'" y detalla el infierno que supuso trabajar junto a él en la película Frida en 2002.

Frida kahlo sin entrecejo

Hayek recuerda cómo en una ocasión Weinstien hizo salir a todo el equipo del set de rodaje excepto a ella, y le recriminó que interpretase a Frida Kahlo con su singular uniceja, ya que esto la hacía menos atractiva y, según él, su única valía como actriz era su sex appeal, y "no había nada de eso en la película".

Tras esta disputa, el productor le dijo que anularía la película, aunque finalmente aceptó seguir con el rodaje siempre que Hayek accediese a grabar una escena de sexo con la actriz Ashley Judd, que también denunció acoso por parte de Weinstein.