La crisis amorosa entre Shakira y Piqué cae por su propio peso después de las minivacaciones que han pasado en el refugio de Malniu, en la zona de la Cerdaña, en Girona. Optaron por hacer una escapada familiar que les sirvió para desconectar y para acallar todos los rumores de su mal momento.
La cantante y el futbolista se llevaron a sus hijos, Milan y Sasha, en un viaje en el que querían disfrutar de un fin de semana de aventuras en la montaña, donde practicaron deporte entre la nieve.
La colombiana continúa en fase de recuperación de su hemorragia en las cuerdas vocales, pero ha encontrado un hueco para pasar unos días junto a su familia. Eso sí, vestía bien abrigada para protegerse del frío.