Los vecinos de un bloque del barrio de San Blas, en Madrid, no pueden creer lo que ha pasado. Su vecino Agustín, al que no veían desde hacía mucho tiempo, llevaba muerto en su casa, previsiblemente desde 2013 por una dolencia hepática. Hasta ahora nadie se había percatado ello.
El espeluznante descubrimiento se fraguó cuando una comisión judicial iba a desahuciarlo de su domicilio por orden del Juzgado de Instrucción número 100 de Madrid.
Los vecinos, consternados
Los residentes en la finca se encuentran anonadados. Apuntan a que todos en el barrio le habían echado de menos, pero creían que había perdido la vida en el hospital y no en su hogar. Él mismo fue quien les dijo hace cuatro años que estaba enfermo, según publica El Mundo.
“La última vez que le vimos con vida fue en 2013. Una tarde vino la ambulancia y se lo llevó. Desde ese día, no volvimos a saber nada más”, relata uno de los vecinos.
El cadáver fue encontrado momificado en una habitación de su domicilio. Agustín vivía solo desde hace varios años, cuando le dejo su mujer: “Se separaron hace tiempo, y creo que tenían una hija que ya debe de ser mayor”, cuenta otro de los residentes.