Dos niñas, una de 12 años y otra de 13 y ambas con una discapacidad fueron obligdas por su madre a prostiuirse y a mendigar, respectivamente. La Audiencia Provincial de Huelva la ha condenado a ocho año de cárcel por dichos delitos. Los hechos ocurrieron en 2010, la madre tenía bajo su custodia exclusiva a ambas niñas, con las que convivía en el domicilio familiar.
Desde el mes de octubre de ese año, obligó a la menor de 12 años a mantener relaciones sexuales con hombres adultos a los que la acusada conocía, a cambio recibía una remuneración monetaria.
Asimismo, para sacar rédito económico del cuadro clínico de la otra hija, de 13 años, que padece una discapacidad del 66%, la obligaba a permanecer inmóvil en su cama o el sofá, en contra de las pautas indicadas, para potenciar su atrofia osteomuscular, con el propósito de asegurar la ayuda económica que por su discapacidad y dependencia recibía de la Junta de Andalucía. También la maltrataba y la obligó a mendigar en la calle.
En 2011, la abuela de las niñas falleció, y la situación empeoro cuando se desentendió del cuidado de las niñas, no iban al colegio ni recibían atención. Dada la situación, la madre entregño a su hija enferma a un matrimonio de conocidos y un mes después a su otra hija. El matrimonio consiguió que las menores expresaran la situación que vivían en casa, falta de higiene, desnutrición y malos tratos y decidieron denunciar en 2012.
Tras todas las pruebas presentadas en el juicio, como informes psicológicos, declaraciones de las menores, o de este matrimonio, entre otras, la sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso presentado por la madre al haber pruebas de cargo suficientes contra ella, condenada por estos graves hechos a más de ocho años de cárcel.