La semana pasada una joven fue encontrada muerta en un congelador de un hotel de Chicago, Estados Unidos. La policía recopiló todas las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel para reconstruir la historia.
Kenneka Jenkins, de 19 años, fue vista por última vez la madrugada del sábado en una fiesta en el hotel Crowne Plaza Chicago O'Hare. La familia denunció su desaparición ese mismo día y la jove fue encontrada a la una de la madrugada en el mismo hotel, fallecida por congelamiento.
A falta de realizar la autopsia definitiva, que esclarezca los motivos de la muerte, las imágenes muestran a la joven tambaleándose por los pasillos del hotel y más tarde con varias personas, aún no identificadas.
A las 3 de la mañana, Jenkins vuelve a aparecer en las imágenes saliendo del ascensor sola y visiblemente desmejorada, apoyándose por las paredes, posiblemente por el efecto del alcohol.
El último corte muestra a la víctima a las 3 y media de la mañana en la cocina del hotel también andando con dificultades antes de acabar en el hotel. Pese a las 36 horas de grabaciones de las que dispone la policía, en ninguna se ve a Jenkins entrar en el congelador, aunque otras fuentes relatan que sí hay un vídeo en que se ve entrar a la joven por sí misma.
El investigador del caso, Holmes, ha asegurado que "todos queremos saber: ¿Alguien la llevó abajo? ¿Alguien la obligó a bajar? ¿Había alguien al otro lado de esa habitación a la que ella bajó? Holmes urgió a cualquiera que tenga evidencias sobre el caso a contactar a la policía y dejar de hacer acusaciones en las redes sociales.