Los casi 2.000 pasajeros embarcados en el lujoso Sea Princess pasaron diez días con las luces apagadas ante la “amenaza real” de ser atacados por piratas somalíes en las aguas por las que navegaban. El crucero realizaba el recorrido desde Sydney hasta Dubai, en un viaje cuya duración era de 104 días. Una vez en el golfo de Adén empezaron las normas extrañas para los pasajeros, que estaban desconcertados por la situación.
A los turistas, que habían pagado más de 50.000 euros por la experiencia, se les ordenó apagar todas las luces durante los diez días que navegaron por estas aguas. La embarcación permanecía desde que caía la noche envuelto en la oscuridad ante el alto riesgo, confirmado por el capitán de la nave por el altavoz a bordo, de sufrir un asalto pirata.
Medidas preventivas
Durante diez días se suspendió la música y no funcionaron los clubes ni bares nocturnos, se eliminaron por completo las actividades en la cubierta y se bajaron las persianas de todo el barco. Las luces brillantes, que normalmente señalan la presencia de la nave en el océano, se atenuaron o apagaron por completo. Incluso en las televisiones de las habitaciones se emitían documentales sobre la piratería en alta mar.
Los turistas aseguran que se llegó a realizar un simulacro de ataque pirata y que a cada uno de ellos se les asignó un lugar y un rol en caso de que se produjera la embestida.
Seguridad a bordo
El capitán aseguró a los pasajeros que el barco era capaz de escapar de cualquier ataque pirata, pero que en cualquier caso los oficiales estaban de guardia las 24 horas y las mangueras de incendios estaban listas para ser utilizadas. Desde la compañía se asegura que mantienen todos los procedimientos de seguridad en cada uno de sus viajes, y que estas medidas se ponen en práctica en cada uno de sus barcos cuando "entran en zonas peligrosas".
En 2009, unos piratas atacaron una embarcación de lujo italiana de MSC Cruceros, con más de 1.000 pasajeros a bordo. El barco logró escapar gracias a la defensa realizada con armas y chorros de agua llevada a cabo por los agentes de seguridad. Los corsarios dispararon fusiles Kalashnikov contra la nave, que finalmente logró huir gracias a las maniobras evasivas de su comandante.