Doce presos se fugaron el pasado domingo de una cárcel penal en Alabama, Estados Unidos. Los reclusos aprovecharon el primer día de un nuevo funcionario para confundirle. Para hacerlo sólo necesitaron algo de ingenio y mantequilla de cacahuete.
Los presos pintaron con mantequilla en cada puerta del corredor un número que identificaba la celda o cualquier otra habitación. Con ingenio, uno de ellos cambió la puerta de salida por un número de celda. Cuando el recluso pidió al novato que le dejará entrar en la celda, el funcionario cayó en la trampa y abrió la puerta al exterior.
Un total de doce presos, que estaban a la espera, aprovecharon el momento para darse a la fuga. Los presos se quitaron la ropa naranja y la usaron para proteger sus manos de los alambres que rodean la prisión.
Todos ellos corrieron en diferentes direcciones, pero fueron detenidos en menos de ocho horas, excepto uno. El sheriff del condado ha explicado que “los fugitivos se aprovecharon que el funcionario nunca había estado aquí antes y tenía que vigilar solo a 150 presos”.
Los detenidos, de entre 18 y 30 años, se enfrentaban a diferentes cargos, algunos desde conducta desordenada hasta intento de homicidio.