La celebración del G20 este viernes y sábado en Hamburgo ha ido precedida de protestas. Si el domingo pasado unas 8.000 personas se manifestaron en la ciudad alemana contra la cumbre, toda la semana se han repetido las escenas de queja ante el encuentro de líderes mundiales, entre los que destacan los polémicos Donald Trump, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan.
Coches de policía quemados y líneas de tren saboteadas han sido algunas de las muestras de contrariedad. Todo esto fue acompañado por una performance realizada el miércoles, en la que participaron un millar de personas cubiertas de polvo gris, que vagaban por las calles de la ciudad.
La canciller alemana, Angela Merkel, se reunirá el jueves con los tres líderes incómodos, en un encuentro previo a la cumbre. Además de los protestantes, ONGs, entidades sociales y movimientos antiglobalización reclaman decisiones en el G20.