Parece irreal, pero las imágenes lo demuestran. Donald Trump regresó de sus vacaciones en el club de golf de Virginia por la celebración del 4 de julio. El presidente bajó de su avión algo aturdido. La limusina le esperaba al final de la escalinata de la aeronave para llevarle a casa, pero parece que Donald no la vio.
El mandatario empezó a caminar en dirección contraria hasta que uno de sus guardaespaldas puso remedio al despiste y le redirigió a donde el coche estaba, obviamente en el mismo lugar.
La escena es un tanto cómica por dos motivos, Trump se sorprendió a sí mismo cuando le corrigieron y se mostró algo aturdido. Y, en segundo lugar, porque su limusina se llama ‘La Bestia’ debido a su tamaño, algo difícil de ignorar a tres metros.