Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que el divorcio de Alba Carrillo y Feliciano López está durando más que su breve matrimonio. La modelo anunció su separación en una exclusiva para ¡Hola! donde afirmaba: "Feliciano me ha pedido el divorcio de una manera fría y distante".
Desde ese momento, el foco mediático se estableció en esta pareja que parecía perfecta. Ambos eran guapos, jóvenes y tenían una larga vida juntos por delante, su boda fue tan perfecta que Alba llegó a lucir tres vestidos.
Pero ni la exclusiva ni la ilusión de la modelo pudo salvar ese matrimonio que hizo aguas a los pocos meses de darse el sí quiero. Carrillo comenzó a hablar de infidelidades mientras Feliciano guardaba silencio.
Mutismo del tenista
Un mutismo que terminó con estas declaraciones del tenista a ABC: "Nadie se casa sin estar convencido. Antes de casarme, como en todas las parejas, hubo discusiones, diferencias de criterio, pero yo estaba muy enamorado de esa persona y convencido que el paso del matrimonio iba a ser para toda la vida. Siempre pensé que los problemas que pudieran surgir los iba a superar. Uno se casa, empiezan a pasar cosas e intentas poner soluciones, luchar, buscar una salida a la situación, hasta que uno se da cuenta que se casó por amor, pero no está dispuesto a ser una persona infeliz".
Estas escasas palabras de Feliciano pusieron el punto de mira en las supuestas broncas que se vivían en la casa de la pareja. Ahora, el paso de Alba Carrillo por Supervivientes ha mostrado una nueva cara de la modelo que nos hace plantearnos la pregunta: ¿Serían así sus discusiones con el tenista?