El actor Carles Francino probó el teatro por casualidad y decidió no bajarse nunca más de los escenarios. Así lo ha explicado en una entrevista concedida a Chance, en la que ha hablado sobre su verdadera vocación: "A los 19 ó 20 años era una opción lo del periodismo pero no, no lo vi claro. Encontré lo del teatro de rebote y ahí me quedé".
El también hijo del célebre periodista de la Cadena Ser ha marcado distancias con el trabajo de su padre. A la pregunta de si tener un padre como el suyo le deja "el listón muy alto", él ha respondido que no: "No, para nada. Además casi siempre ha quedado como una curiosidad. Si él fuera actor pues igual ahí se pueden liar más las cosas pero tampoco, él se dedica a los suyo y yo a lo mío, ya está".