La vida no ha sido un camino de rosas para el actor Pierce Brosnan, quien, a pesar de las dolorosas pérdidas, considera que "la copa esta medio llena". El actor irlandés hace gala de una visión de la vida enormemente positiva pese a las tragedias que ha tenido que afrontar, como las muertes de su primera esposa, Cassandra, y de una de sus hijas, Charlotte. Ambas perdieron la vida debido a la misma enfermedad, el cáncer de ovarios, con 22 años de diferencia y tras una larga batalla por vencer a la dolencia.
"El oscuro, melancólico perro negro irlandés se sienta a mi lado de vez en cuando", señaló el intérprete de 63 años, confirmando que a veces las tristezas del pasado llaman a su puerta. Tras la muerte en 1991 de su compañera de vida durante más de una década y madre de sus tres primeros hijos (Charlotte, Christopher y Sean), el que fuera James Bond en la gran pantalla se casó con su actual esposa, Keely Shaye Smith, con quien tiene dos hijos más.
No solamente la madurez fue una época dura para la estrella cinematográfica, pues su infancia estuvo marcada por la ausencia total de su padre, Tom, y por la marcha de su madre a Londres para trabajar y poder mantenerle. Brosnan vivió gran parte de su niñez con unos parientes y, cuando fue un poco mayor, vivió solo en una pensión.