La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha hecho una serie de recomendaciones para evitar la ingesta de la acrilamida en los alimentos, una sustancia química perjudicial para la salud.
Esta sustancia se puede formar en alimentos como las tostadas, patatas fritas, productos de pastelería y bollería, al hornearlos, freírlos o tostarlos a altas temperaturas. A todo el mundo alguien le ha dicho alguna vez, “no te comas lo quemado” o “raspa lo negro del pan”. Pues bien, ahora se sabe porque. La sustancia se crea en alimentos con alto contenido de hidratos de carbono al someterlos a temperaturas de entre 120ºC 150ºC.
Las autoridades europeas están evaluando el riesgo de su consumo para la salud y de momento han recomenddo cocinar de forma adecuada los alimentos, es decir, dorarlos ligeramente sin que llegue a tomar un color marrón.