No está todo visto. En caso contrario, el mundo sería un lugar algo más aburrido. Un atracador a punta de pistola ha sufrido la mayor humillación que se recuerda en el ámbito criminal.
Vestido de negro, con gorro de lana --también negro--, como los malos de Solo en casa, el atracador entró en un supermercado --parece Rusia o un territorio cercano-- y apuntó con la pistola a la cajera. Las cámaras de seguridad del comercio grabaron toda la secuencia.
La empleada escuchó la petición del atracador, apoyado en la caja y encañonando a la mujer, que siguió cobrando a un cliente y le hizo un desaire al pistolero con la mano.
El atracador, desconcertado y sin más recursos, miró al cliente que tenía al lado --que recogió su compra con increíble tranquilidad-- y apuntó de nuevo a la trabajadora con la pistola.
Entretanto, llegó otro cliente, que comenzó a depositar religiosamente sus artículos en la cinta. Y, de pronto, una salvadora. Una compañera del supermercado echó al atracador para culminar la humillación, según las imágenes del Daily Mail. Parece un gag, pero no lo es.