Estamos viviendo momentos contradictorios... Por un lado, la corrección política ha eliminado del vocabulario habitual muchos conceptos que podían resultar ofensivos para las minorías, y, por el otro, Donald Trump llega a la Casa Blanca por hablar precisamente sin pelos en la lengua.
Entre los dos extremos, debería haber margen para una posición intermedia, en el que se pueda hacer bromas sin que te acusen de ofender o provocar. El humorista Aarón Gómez ha querido resaltar esta situación anómala tirando del humor. A través de su vídeo El chiste políticamente correcto que no ofende a nadie: