Las autoridades de Alemania han prohibido la venta y el uso de la muñeca Cayla, de la empresa de juguetes británica Genesis, por contener un software susceptible de sufrir ataques cibernéticos para transmitir información personal de los compradores.
La Agencia Federal de Redes de Alemania ha instado a las familias a destruir la muñeca debido a que ésta contiene un "sistema de transmisión oculto" que podría poner en peligro la información personal de los usuarios.
Durante las últimas semanas, las autoridades han prohibido la venta de la muñeca en diversos establecimientos y han señalado que el juguete, que puede conectarse a Internet, pone en peligro la intimidad de los menores y podría ser utilizado para labores de espionaje.
"La muñeca Cayla está prohibida en Alemania", ha señalado el director de la agencia, Jochen Homann. "Esto permitirá proteger a los miembros más indefensos de la sociedad", ha añadido.
Cayla, que posee un micrófono y un altavoz, se comunica a través de Bluetooth con una aplicación de teléfono inteligente. "Los juguetes conectados a Internet ponen en peligro la seguridad y privacidad de los usuarios", ha indicado la ONG Better Business Bureau.
La Agencia Federal de Redes ha señalado que las entradas de voz grabadas por la muñeca se almacenan en servidores externos, lo que podría provocar que personas no autorizadas tengan acceso a los micrófonos de los juguetes.
Normalmente, la primera vinculación realizada entre dos o más dispositivos Bluetooth requiere un código de seguridad. Sin embargo, eso no sucede en el caso de la muñeca Cayla, a cuyo sistema se podría acceder desde dentro de la zona de recepción de la misma.
El investigador Stefan Hessel, que examinó el juguete y alertó a la agencia, ha afirmado que los hackers podrían utilizar el sistema de transmisión para interactuar con los niños que estén jugando con la muñeca.
"Mientras examinaba la muñeca, pude acceder a su sistema de Bluetooth incluso estando varias habitaciones más allá. No tiene ningún tipo de medida de seguridad al respecto", ha explicado Hessel.