En cualquier cuento de caballeros y princesas existe el precioso y fiel caballo blanco en el que el caballero monta para salvar a su dama en apuros. Tenemos en nuestro imaginario ese portentoso y bello animal, blanco inmaculado, noble y valiente como su amo. Pero si aquellos que escribieron esos cuentos hubieran conocido esta otra raza, seguro que le hubieran cambiado el color.
Es la raza Akhal-Teke, y es originaria de Turkmenistán. Lo cierto es que no es muy común, solo existen unos 1.250 ejemplares en todo el mundo. Son conocidos por su bellísimo pelaje, un pelo rubio que con el reflejo del sol parece que es casi metálico, dorado. En China son conocidos como "caballos del cielo". No es para menos con ese brillo que parece divino.
Hay científicos que han descubierto que ese brillo se debe a que las proteínas que estos caballos tienen en el pelo están dispuestas de tal manera que hace que la luz, al refractar en ellos, lo haga como si fuera metal. Una suerte genética que muy pocos tienen y que hacen de estos caballos, probablemente, los más bellos del mundo.