Turista haciendo una foto en el Gran Teatre del Liceu / GRAN TEATRE DEL LICEU

Turista haciendo una foto en el Gran Teatre del Liceu / GRAN TEATRE DEL LICEU

Creación

Un paseo por el Gran Teatre del Liceu

Convertido en uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, en su interior acoge todo tipo de espectáculos de ópera, ballet y música sinfónica

11 enero, 2019 15:56

Situado en plena Rambla, el Gran Teatre del Liceu es uno de los símbolos de Barcelona. Se trata de un equipamiento cultural único y uno de los teatros de ópera más destacados de Europa.

Construido en 1847, acoge cada año grandes producciones de ópera, ballet y música sinfónica. Cuenta también con un historial trágico, ya que el edificio quedó reducido a cenizas tras el incendio de 1994, pero fue reinaugurado en 1999 tras una espléndida reconstrucción.

Punto de encuentro de la alta sociedad

Desde Barcelona Turisme cuentan que el Gran Teatre del Liceu fue levantado en La Rambla por la burguesía de la Ciudad Condal sobre el solar de un antiguo convento. Su finalidad era alojar el Conservatori de Música y, por encima de todo, crear un espacio donde la alta sociedad pudiera ver ópera, el producto cultural estrella del momento.

El Liceu se convirtió rápidamente en un símbolo de la ciudad de Barcelona, hasta el punto de que, cuando un incendio lo destruyó en 1994, toda la sociedad catalana quedó conmovida. La reconstrucción dotó al edificio de una infraestructura técnica y escénica muy avanzada, además de recuperar fielmente el aspecto original de uno de los teatros más reconocidos.

Un teatro para visitar y disfrutar

Con un aforo de 2.292 plazas y cinco anfiteatros, el Gran Teatro del Liceu de Barcelona es hoy uno de los teatros de ópera más grandes del mundo. La temporada de ópera, danza y música empieza en septiembre y se prolonga hasta el mes de julio. Además, el Gran Teatre del Liceu permite a los interesados visitar los espacios más representativos y disfrutar de los detalles y la magnificencia de su arquitectura.

Destacan la Sala Principal, el Foyer y Salón de los Espejos, así como el Círculo del Liceo. La sede de este club privado es un magnífico exponente del modernismo catalán, con mobiliario de la época y obras originales del pintor Ramón Casas.