Presentación 'Scratch' en el Teatro Villarroel / CD

Presentación 'Scratch' en el Teatro Villarroel / CD

Creación

Daniel J. Meyer: “El adulto-centrismo que vivimos nos lleva a quedarnos en el 'status quo'"

El dramaturgo argentino se alía de nuevo con Montse Rodríguez para criticar el juego de máscaras del mundo actual

19 marzo, 2023 00:00

Daniel J. Meyer y Montse Rodríguez han vuelto a crear lo que más saben hacer, una obra cargada de energía, música y espíritu joven. El grupo formado entre el argentino y la catalana revolucionó la escena con A.K.A. y desde entonces no han parado.

Tras el estreno de Uppgivenhet en el Teatre Nacional, donde hicieron lleno absoluto, ahora llegan a la Off de La Villarroel los domingos y lunes con Sctratch, un monólogo que sigue el día a día de una DJ que se mueve entre la noche y la composición de música indie.

Temáticas

Las redes, las máscaras, la sexualidad y los estereotipos son, junto a la actriz Clara Mingueza, los protagonistas de una obra que promete remover, una vez, la cartelera teatral de Barcelona.

Crónica Global habla con el dramaturgo y la directora de escena para conocer más detalles sobre este nuevo proyecto y su manera de entender el teatro.

--Pregunta: Sobre el papel cuesta clasificar la obra. ¿Es un musical electrónico? ¿Un monólogo? ¿Un monólogo musical?

Montse Rodríguez (M): Ya. Bueno, hay mucha música, eso sin duda, porque es una DJ, entonces hay una parte importante del espectáculo en el que ella está pinchando y en otra parte vemos su parte más humana, casera, donde toca alguna pieza en la guitarra, entonces sí que hay mucha música, pero musical como tal no sé.

Daniel J. Meyer (D): Digamos que es un monólogo muy a ritmo de música. Y quiero añadir que las canciones que compone ella, en realidad están compuestas por Paula Jornet.

--Claro, pero habla de ese dilema entre ser DJ y componer, la imagen que da, los estereotipos…

M: Dani, siempre que escribe, no apunta a un solo tema. Eso es lo más interesante, porque al final los seres humanos tenemos muchas brechas y tenemos muchos ángulos en los que nos ocurren cosas. El personaje es alguien que quiere poder vivir su libertad a todos los niveles, como a ella le apetezca, sin que eso signifique que los demás puedan interpretar lo que no es o sobrepasar los límites. Eso por un lado, después está la cuestión de las máscaras, que hoy nos tenemos que poner siempre porque en las redes sociales has de estar siempre bien, guay, ser la mejor, divertida y todo eso. Y en el caso de que ella es DJ y está en redes sociales tiene que ser alguien que está siempre en la cima y siempre a gusto. Habla de lo que uno necesita y lo que uno al final tiene que hacer para estar en el lugar que quiere de la sociedad.

D: Esto también choca mucho con el tema de la libertad de la mujer, del empoderamiento. El personaje de por sí es una mujer muy empoderada que hace bailar a la gente que está encima de un podio y que después llega reventada a casa y que al final también es una persona humana, cansada, que tiene sus debilidades, que tiene sus momentos bajos. La imagen que proyecta de estar frente a toda una pista bailando es la de una mujer súper fuerte, que lo es, pero también hace que parezca un poco inaccesible y que puede con todo. Eso no significa que no tenga derecho a marcar sus límites y a la vez a hacer uso de su deseo como quiera. Para mí habla mucho del deseo de la mujer. Hay que reivindicar la libertad y el deseo femenino.

--Para recoger estos temas. Ella muestra cómo la mujer puede mostrar su empoderamiento y su deseo, pero también se pone una máscara para que no la vean vulnerable. ¿Qué papel ejercen ahí las redes, para bien o para mal? Porque también hay un peso de las etiquetas también cuando uno se expresa.

M: Miramos a este personaje que es una mujer como un ser humano y entonces tiene derecho a jugar con sus herramientas, con sus armas y hacer lo que quiera con su cuerpo, con su mente, con sus sentimientos y con sus gustos y apetencias sin que eso dé derecho a nada a nadie. Si se habla del ser humano en general está muy claro, pero a veces en la mujer parece mentira, pero todavía no estamos ahí. Y lo que tú dices, la libertad que puede ella mostrar, que lo hace, puede ser criticada o etiquetada por otros, insultada incluso.

D: Este también es un poco el contrapunto, el derecho de poder mostrar este empoderamiento cuando está pinchando, pero también el derecho a poder estar cansada en casa, a poder ser vulnerable. Eso no te hace menos fuerte, sino que también es un derecho.

M:  Y ella, de alguna forma, lo reivindica. Ella misma dice que le gustaría seguir componiendo, lo que pasa es que ha ido creciendo en un rol y al final está de DJ y es la mejor. Solo necesita su espacio para componer canciones y el abrazo y el cariño y el contacto humano, no estar en un podio y toda la gente alabándola.

Presentación 'Scratch' en el Teatro Villarroel / CD

Presentación 'Scratch' en el Teatro Villarroel / CD

--Claro, pero entonces, esa máscara que se ha puesto, en cierto sentido, también le gusta. ¿Es una relación amor-odio la que tenemos con las máscaras?

M: Las dos cosas. Al final ella se ha creado esta máscara también. Ha decidido ser DJ y ser la mejor. Está en una discoteca y pincha y tiene a todo el público a sus pies y eso no es que no le guste, es que simplemente ha llegado un momento en el que esta máscara que ella ha decidido ponerse y que le va bien, ya no le es suficiente. Ahora a lo mejor necesita también otra cosa, ¿no?

D: Las máscaras son necesarias también, todas las usamos en todo momento: en el trabajo, con los amigos… El problema de las máscaras muchas veces es que se convierten en etiquetas y cuando aparecen entran en contradicción. Eso es lo que nos hace humanos. Pueden ser muchas máscaras. El ser humano es complejo, es poliédrico.

--Su protagonista, en todo caso, es joven, y se supone que trabaja y se mueve en un mundo lleno de libertades. ¿No?

M: Uy, yo no sé si estoy del todo de acuerdo con que son más libres. Yo creo que ahora mismo están mucho más encorsetados, justamente por el tema de las redes sociales. Es cierto que las redes nos encantan y nos dan muchas cosas, nos ayudan, pero está esa parte de estar siempre bien en la foto que cuelgas. Esta es la máscara que yo creo que a los jóvenes les pesa más que a nosotros. A nosotros, cuando éramos jóvenes, nos podía pesar, pero la repercusión que hoy día tiene una foto en una red social es mucho más pesante que lo que nosotros podíamos vivir. Por eso, yo creo que libertad, libertad no tienen tanta en ese sentido. En otros a lo mejor sí, ¿no? Es cierto que se ve mucho mejor que la mujer haga lo que quiera, pero bueno, estamos en ello, ¿eh? Tampoco hemos llegado mucho a ningún lado, todavía. 

D: Estoy totalmente de acuerdo. Es evidente que en algunas cosas son más libres los jóvenes y las jóvenes de hoy en día, pero, como dice Montse, es una libertad que a veces es nuevamente encasillada. Yo a mis padres, que tienen setenta y pico años, ahora los veo más libres que nunca. La vejez que te da cierta impunidad para poder hacer lo que quieras, te da una libertad.

--En todo caso, regresáis al mundo de los jóvenes por tercera vez consecutiva. ¿Qué les interesa de ellos: hablar de ellos o hacer algo que los interpele y los atraiga a ir al teatro?

M: Yo creo que lo segundo ha sido consecuencia de lo primero. Nos interesan los jóvenes, creemos que todos somos motor y todos podemos cambiar la sociedad, no vamos a responsabilizarles a ellos, pero ellos tienen la fuerza. Nos gusta sobre todo la energía de los jóvenes, las ganas de comerse el mundo, de transformar. Al final, su energía nos atrae por eso, porque nos crea a nosotros unas ganas de crear también, de contar injusticias que vemos que ocurren. Y siempre trabajar con los jóvenes, tanto con los actores como con los personajes, dan esta visión de que la vida podría ser mucho mejor para ellos. Incluso creo que los adultos, si vemos que un niño o un adolescente sufre según qué injusticias, nos hace recapacitar más.

D: totalmente de acuerdo con lo que dices. Para mí, a nivel de escritura, la juventud o la vejez son estadios de la vida donde realmente todo es mucho más cambiable. El adulto-centrismo en el que vivimos, que miramos todo desde el ser adulto y con esa condescendencia con los niños, los jóvenes o los ancianos, muchas veces nos hace, en verdad, estar en un status quo. En esos estadios de la vida es al revés, suelen ser bastante más atrevidos y atrevidas para cambiarlo todo.

Daniel J. Meyer, Clara Mingueza y Montse Rodríguez

Daniel J. Meyer, Clara Mingueza y Montse Rodríguez

--En todo caso, ustedes con sus obras con protagonistas jóvenes han revolucionado el panorama y rejuvenecido un poco más el público.

M: Ojalá. Esa sería la mayor de nuestras recompensas. Nos encantaría que los jóvenes fueran más al teatro, y cuando nosotros vemos nuestras plateas, es verdad que hay que decir que vemos gente joven sentada en el patio de butacas, y es enorme.

D: Y que también es cierto que hacemos muchas funciones escolares. Entre AKA y Uppgivenhet en este año ya serán 8.000 nanos que hayan visto algo de AKA Teatro. Llevamos muchos años haciéndolo, porque creemos que hay que crear nuevos públicos y profesionalizarlos. Al final, lo que explicamos interpela a todo el mundo, al público adulto y al público joven, pero intentamos buscar lenguajes y una forma de hacer que sea atractivo también para ellas y ellos.

--¿Estaba demasiado encorsetado el teatro en ese sentido? ¿Tanto a nivel de puesta en escena como en las temáticas?

M: En cuanto a la puesta en escena, yo tengo un imaginario y me sería muy difícil trabajar desde el texto, y crear una puesta en escena más clásica, pero porque a mí me interesa el juego dramático. Me interesa ver cómo los personajes sacan por los poros de la piel lo que les está pasando, no sólo lo que dicen, sino qué les está pasando, cuál es el juego que hay entre ellos. Eso intento conseguirlo a través del cuerpo. Y también me gusta que escénicamente haya movimiento, no perderme nada y que todo el rato estén pasando cosas, si no como espectadora me aburro un poco, a veces. Por eso voy hacia allí, no sabría hacerlo de otra forma.

D: A nivel de escritura me pasa un poco lo mismo. Las temáticas que trato son todas universales, lo único que pasa es que son personajes jóvenes e intento ponerme en la piel de ellos, de cómo hablan ellos. De todos modos, es que me aburro muy rápido y ellos van rápido, es esa parte de la rítmica actual. Por otra parte, por defecto medio profesional, como estudié toda mi vida música, es muy musical, y hay algo rítmico en la forma de escritura que creo ayuda a que conecte con los jóvenes, que siempre están escuchando alguna música. Se va al ritmo de una storie o TikTok, eso genera una conexión con los jóvenes. Aun así, te decía, hablar del empoderamiento o de la libertad del deseo femenino como en Scratch; o en Uppgivenhet, la integración; o el de la identidad, en AKA, son siempre temas transversales e intergeneracionales.

--La identidad ha marcado sus últimas tres obras de hecho, incluso en esta que hablan de las máscaras.

M: Sí, porque la identidad es algo tan tan tan importante socialmente, ahora mismo… Saber quién somos, quién soy yo, qué quiero ser aparte de lo que me exija la sociedad. Y parece que tengo que mostrar todo el tiempo eso. La identidad de todos modos siempre está en medio de los textos de Dani.