Fueron Charles Van Hove y Mamy Wouters, presidente y vicepresidente de la Cámara Belga de Anticuarios, los que organizaron por primera vez en 1956 esta feria de antigüedades o Antiekbeurs, como se la conocía entonces. Lo que comenzó siendo un encuentro entre un reducido grupo de profesionales del gremio, principalmente belgas, se acabó convirtiendo en una de las principales citas internacionales del mercado del arte.
Además de ocupar un destacado puesto en el ranking del circuito cultural, BRAFA representa mucho más que una reunión entre público y galeristas. Su singularidad radica en la extraordinaria calidad de todas las obras expuestas (previamente verificadas por un comité de 80 expertos) y en la diversidad y excepcionalidad de las piezas exhibidas que atiende a un concepto global, y coral, del arte.

El “espíritu belga” de una feria diferente
En esta feria tienen cabida objetos de cualquier época, disciplina, estilo y especialidad. Es lo que los organizadores definen como “un consumado arte de ‘coleccionismo cruzado’, gracias a una inteligente disposición de estilos y épocas en una equilibrada combinación de todas las especialidades”.
De esta audaz y hábil alquimia artística surge un espléndido escaparate en el que caben 5.000 años de historia del arte. El certamen destaca además por su ambiente acogedor y por una impecable organización que recibe con idéntica cordialidad al amateur, al curioso, al experto, al marchante y al coleccionista, “una amabilidad cultivada con cierto espíritu a la belga”, les gusta decir.

Para todos los gustos y (casi) todos los bolsillos
En esta feria amigable y ecléctica se pasea entre joyas originales de René Lalique, Tiffany, Van Cleeff & Arpels, muebles del XVIII, litografías y cerámicas de Picasso, piezas de arqueología, arte tribal, asiático y precolombino, cuadros de Marc Chagall, Pieter Brueghel el Joven, Joan Miró, Christo y Picabia, exquisitos objetos Art Nouveau y Art Decó, cómics, autógrafos y fotografías. Podemos admirar maravillosas piezas cicládicas (3300 a. C. al 2000 a. C. aproximadamente); una cabeza romana del siglo I d. C. y un remate de bronce datado a principios del primer milenio a. C. y, a tan solo unos pasos, contemplar arte contemporáneo firmado por Nicolás Lamas, Sanam Khatibi, Jeff Sonhouse y Summer Wheat. Casi tan amplio como el abanico temporal es el rango de precios, que oscila entre los 2.000-3.000 euros y millones de euros como es el caso de un Basquiat valorado en ocho millones de dólares.

Cada año, la decoración del evento corre a cargo de un artista. El belga Arne Quinze (1971), cuya principal fuente de inspiración es la naturaleza, ha sido el elegido esta vez para decorar los pabellones del Brussels Expo I Heyssel que se estrena como nuevo escenario de BRAFA. Quinze ha querido imprimir a la feria un espíritu diferente y muy relajado, integrando sus obras en la decoración de todo el espacio expositivo: esculturas pendidas del techo y el suelo engalanado con una colorida alfombra.

BRAFA 2022
La representación española corre a cargo de dos prestigiosas galerías catalanas, ambas ubicadas en la misma calle de Barcelona. Para Guilhem Montagut, de Montagut Gallery (Enric Granados 49), este es el quinto año que acude a la cita. Su especialidad es el arte tribal arcaico africano, una pasión que le viene de familia: “Mi madre, Raquel Montagut, fue pionera en España en arte africano hace unos 40 años”. Entre las fantásticas piezas que exhibe su estand, la más valiosa es una delicada figura africana del siglo XIII valorada en 300.000 euros.

La Galería Jordi Pascual (Enric Granados 47) debuta en Bruselas con una selección de obras de artistas españoles de renombre internacional: Miquel Barceló, Joan Miró y Antoni Tàpies. Sus expectativas, “venderlo todo”, comenta entre risas el propio Jordi Pascual, que observa con optimismo el sector: “El mercado del arte está bastante consolidado y fuerte. Hay mucho interés, mucho coleccionismo”.

Charlas y actividades
La cita cultural se completa con un interesantísimo programa de actividades paralelas como los Tours de Arte que exploran los aspectos más destacados de la feria, así como de las principales obras expuestas, de la mano de especialistas; o los BRAFA Talks, unas charlas impartidas por curadores, expertos o coleccionistas que este año abordarán temas tan apasionantes como la contribución belga a la egiptología, justo el año del 200 aniversario del desciframiento de la Piedra de Rosetta; la destacada contribución de las mujeres de la familia Rothschild en el patrimonio histórico de los museos franceses; y cómo iniciarse en el coleccionismo de arte contemporáneo.