En los bajos de la legendaria Casa Calvet, encontramos este establecimiento que sirve el mejor suizo de Barcelona, que también se puede tomar en su versión mini para los que quieren pecar sin mala conciencia. Chocolate con el grado justo de cacao, nata densa de primera calidad, melindros ligerísimos, el suizo de Brescó es la perfección misma. Para los que quieran llevarse algo a casa, el surtido es imbatible: desde las clásicas trufas, hasta el chocolate con kikos, pasando por unos deliciosos bombones con aceite de oliva o té macha.