En la calle Santa María 39 de Madrid. Un restaurante tranquilo y con mucho encanto que ofrece una carta corta con gran producto. Fresquísimos pescados, ceviches, croquetas de chipirones, garbanzos con vieiras, chuleta de ternera gallega al curry, mejillones del delta al curry y un plato que me robó el corazón: el pulpo a la brasa con tuétano. Excelente surtido que quesos y una carta de vinos primorosamente escogida completan la oferta de este restaurante singular en un barrio cada vez mas gentrificado y franquiciado.