Un lugar sin artificios, muy cerca de la playa de San Lorenzo en Gijón, donde disfrutar de una cocina honesta, con raciones abundantes de fritos de pixín, anchoas con pimientos caramelizados, pastel de cabracho, oricios al natural o en revuelto, fabes con almejas y un descomunal cachopo. Sangría de sidra. Gran surtido de quesos de la región y postres caseros. Servicio amabilísimo y muy eficaz.