Un precioso restaurante en un principal con patio de la calle Mallorca, 275, donde antaño estuvieron los legendarios Beltxenea y Amalur. La carta es corta pero llena de platos sumamente apetecibles: el huevo escalfado con setas y jugo de pollo, una ensalada César absolutamente clásica pero con ingredientes de primera, ostras, consomé de liebre a la Royal, cecina, ensalada de judía perona y recuit, lubina al horno, calamares a la carbonara... El lemon pie tostado de postre es buenísimo y el personal es sumamente atento. El bar del Rilke es seguramente el más bonito de Barcelona y abre los sábados hasta las 3.