Hay momentos en los que un ser humano cuando vive en Nueva York está harto de dumplings, buns, ramen o pizza sin gluten y el cuerpo le pide pa amb tomàquet con jamón, tortilla de patatas o un buen arroz negro. Y no hay mejor lugar que el Socarrat Paella Bar: con sus tres localizaciones (Chelsea, Nolita y Midtown) es sin discusión el lugar para tomar la mejor paella de Manhattan, atendido por camareros ultraeficientes y cálidos capitaneados por el sin par Lolo, el artífice de Socarrat. Y cuando se tiene nostalgia de churros, La Churrería, al lado del establecimiento de Nolita, haría las delicias de la mismísima Kim Kardashian.