Vall d'Aran y Cerdanya con problemas de alojamientos temporales para trabajadores. La estación de Baqueira-Beret, en el Vall d'Aran, en temporada alta / BAQUEIRA BERET

Vall d'Aran y Cerdanya con problemas de alojamientos temporales para trabajadores. La estación de Baqueira-Beret, en el Vall d'Aran, en temporada alta / BAQUEIRA BERET

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Vall d’Aran y Cerdanya se quedan sin alojamientos temporales para trabajadores

Las dos comarcas más turísticas de los Pirineos gozan de un grado de atracción mayor que otros territorios, pero sufren por su particular escalada del inmobiliario

16 diciembre, 2021 00:00

El turismo deja sin vivienda disponible a los trabajadores del Vall d’Aran y la Cerdanya. Estas dos comarcas son excepciones, junto a la Alta Ribagorça, frente al riesgo de despoblación general en los Pirineos. La temporada alta, que empieza hacia el puente de la Constitución y suele acabar a finales de febrero, es el particular agosto de ambos territorios. Muchos negocios subsisten el resto del año con la facturación pico de estas semanas. No obstante, la imposibilidad de alojar a camareros, recepcionistas o dependientes para atender toda la demanda entrante es la gran ruina de la zona desde los años 90.

Los restauradores claman indignados ante la incapacidad de servir al aforo completo tras el cierre y las restricciones a la hostelería por el Covid-19, mientras el Conselh Generau d’Aran y los ayuntamientos de la Cerdanya intentan dar soluciones parciales. La estación de esquí de Baqueira-Beret es uno de los grandes atractivos del Vall d’Aran, pero al ser una de las principales instalaciones de España para este deporte invernal, necesita un gran número de trabajadores temporales. Muchos de ellos viven en autocaravanas o “malviven”, según explican fuentes de la zona a este medio, por la “escasez de alojamientos disponibles”. De hecho, los precios disparados de los arrendamientos llevan a situaciones extremas como pernoctaciones en caravanas. Con todo, desde el territorio señalan que se tratan de casos "puntuales" y "aislados". 

Quejas y pisos turísticos

Vall d’Aran y Cerdanya cuentan con un gran número de pisos y casas turísticas. En el caso de la segunda comarca, por su cercanía a Barcelona, tiene uno de los mayores porcentajes de segundas residencias de los Pirineos, que ahora también se ofertan en webs de alquiler por noche. El problema es el precio de la pernoctación, que está fuera de lo que pueden pagar los trabajadores temporales. Algo parecido a lo que ocurre en los puntos costeros más punteros de Cataluña y que, de nuevo, se topa con la imposibilidad de los empresarios de alojarles en viviendas propias.

“Ambos destinos sufren para alojar a sus trabajadores y los propios empleados no pueden quedarse a vivir cerca de su lugar de trabajo”, apunta Ramon Solsona, presidente del gremio de hostelería de Lleida. Pone en la diana a plataformas de alquiler temporal. Argumenta que ha incrementado el número de visitantes sin “la sostenibilidad” para poder cubrir la demanda del resto de sectores.

Una calle de Garòs, en el municipio de Naut Aran del Vall d'Aran, con todo nevado y donde se ha actuado en calles y carreteras para facilitar los accesos en coche / CM

Una calle de Garòs, en el municipio de Naut Aran del Vall d'Aran, con todo nevado y donde se ha actuado en calles y carreteras para facilitar los accesos en coche / CM

El conselhèr de Economía, Turismo y Promoción Económica, Juan Antonio Serrano, es partidario de “regular mejor y restringir más este tipo de alojamientos”, para que puedan competir con la oferta hotelera tradicional. El también alcalde de Vielha asegura que los municipios tienen una cierta capacidad para regular este tipo de alojamientos turísticos y habla de seguir los pasos, por ejemplo, de Barcelona. Con todo, desde el territorio hay voces que exigen una visión más global para analizar qué ha provocado el incremento del precio del alquiler, sea o no temporal, y si la limitación de la operativa tendrá o no un impacto real en la oferta. Aseguran que esta problemática ya se daba antes de que se popularizaran.  

Actuaciones en Aran

“Vall d’Aran no tiene grandes poblaciones a menos de dos horas, lo que aumenta el problema de la vivienda”, remarca Serrano. De hecho, las dos ciudades más cercanas se encuentran a gran distancia en coche. Son Lleida en el sur y Toulouse (Francia) en el norte, a más de dos horas en coche. 

Estas variables, junto a que gran parte del terreno disponible tanto en Aran como en la Cerdanya consta como espacio natural protegido, también genera problemas entre los más jóvenes para poderse emancipar. El conselhèr explica que “muchos municipios del valle, como Vielha, han comenzado a regular los pisos turísticos” para solventar tanto esta polémica que cada día está más presente entre los habitantes de la zona como de los temporeros. De forma paralela, la administración aranesa ha anunciado que fortalecerá la promoción de protección oficial. 

Esta política es aplaudida desde el territorio. Con todo, señalan que su ejecución no será sencilla y ya hay dudas sobre su efectividad real. Primero, porque el suelo disponible para iniciativas para este fin es limitado. Los más críticos aseguran que estos pisos también se usan con fines turísticos, ya que son los propios araneses los que buscan sacar un rendimiento alto y sencillo de los esquiadores que vienen el fin de semana en invierno y los senderistas que visitan un entorno excepcional como es el Valle de Aran en verano. Por lo que se entra en un bucle con un claro perjudicado, los trabajadores temporales. 

Una de las carreteras para salir de la Cerdanya hacia Barcelona, con varios kilómetros de colas / CG

Una de las carreteras para salir de la Cerdanya hacia Barcelona, con varios kilómetros de colas / CG

Cambio de 'chip'

Naut Aran, municipio que integra en su territorio la estación de Baqueira-Beret, es uno de los más afectados por la escasez de vivienda, algo que sucede también en Puigcerdà (Girona). Empresarios del Vall d’Aran y la Cerdanya explican a Crónica Global que no tienen “cómo cubrir la demanda” y, de nuevo, los  pisos turísticos están en la diana. 

No obstante, los trabajadores y algunos alcaldes de pueblos cercanos a las pistas de esquí piden a los restauradores “un cambio de chip” para dar “valor a la hostelería”. Las fuentes consultadas recuerdan que si el precio de la vivienda está “por las nubes”, o si escasean, deben dar facilidades al trabajador e incentivar que los salarios aumenten.

El gran debate es si las normas urbanísticas deben permitir la expansión de este modelo que atrae a un mayor número de visitantes pero presiona a los negocios locales, que se quedan sin la mano de obra necesaria para cubrir la demanda de servicio. En ambas comarcas la situación es análoga y la conclusión similar. Aunque hay discrepancias en el rol que debe jugar la Administración, coinciden en señalar su particular burbuja inmobiliaria como el principal motivo de que "incremente la precariedad" laboral en las zonas más turísticas del Pirineo catalán.