Representantes de los estibadores antes de reunirse con el ministro Íñigo de la Serna y los grupos parlamentarios el martes en Madrid / EFE

Representantes de los estibadores antes de reunirse con el ministro Íñigo de la Serna y los grupos parlamentarios el martes en Madrid / EFE

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Unidos Podemos se pone de parte de los estibadores

La formación pide a los demás grupos parlamentarios que rechacen el decreto que pretende aprobar el Consejo de Ministros

15 febrero, 2017 13:59

Esquerra Republicana de Catalunya fue el primer partido político que se posicionó a favor de los estibadores en el conflicto entre los trabajadores, las empresas y el Gobierno. Ahora, lo ha hecho Unidos Podemos. La formación ha pedido este miércoles a los demás grupos parlamentarios que rechacen el decreto de liberalización que se prevé que apruebe este viernes el Consejo de Ministros.

Una vez que pase el primer filtro, el texto necesita mayoría simple en el Congreso para entrar en vigor. Según Unidos Podemos, el Ministerio de Fomento ha planteado la ley de forma unilateral sin tener en cuenta las reivindicaciones de los estibadores. En un comunicado, acusan también al Gobierno de estar al servicio de JP Morgan, cuya filial Noatum opera algunas terminales de los puertos más importantes de España.

El Ayuntamiento de Barcelona también muestra su apoyo a los estibadores. Este miércoles ha aprobado exigir al Gobierno central "garantizar las condiciones laborales de los estibadores del puerto", que consideran que el decreto amenaza al contemplar la libre contratación de personal sin regulación y la imposibilidad de negociar un convenio colectivo. 

Acuerdos entre empresas y empleados

Desde Unidos Podemos recuerdan que las principales empresas se han mostrado dispuestas a negociar y pactar un nuevo convenio, por lo que no le ven el sentido a que el Gobierno quiera solucionar el problema por medio de un decreto. Son muchas las que han firmado acuerdos con los trabajadores. En el caso del Puerto de Barcelona, por ejemplo, la terminal que opera Noatum ha denunciado presiones (en forma de lo que aseguran que es una huelga encubierto y de “actos de vandalismo”) por parte de los empleados con tal de acceder a adherirse a los pactos.