Uber regresa a Barcelona. La empresa de transporte empezará a operar en la Ciudad Condal en los próximos días. Lo hará con 150 vehículos y con licencias de alquiler de vehículos con conductor (VTC), lo que a priori debería asegurar su encaje legal, a diferencia de lo que ocurrió en 2014, cuando desembarcó con Uberpop, un servicio que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que precisa de autorizaciones.
Según ha avanzado VozPópuli, Uber está formando a conductores para regresar a la Ciudad Condal tres años después. Los empleados están recibiendo los cursos en la sede de la firma Yirmi UC Fiesta Omnibus en L'Hospitalet de Llobregat. La empresa fue creada por Cabify en 2015 para poder operar de forma regular en la capital catalana. Globalmente y según la oferta de trabajo publicada on line, la compañía de transporte con sede en San Francisco (Estados Unidos) busca a 1.000 personas, que remuneraría con sueldos de 12.000 a 15.000 euros al mes. La formación exigida es de conocimiento de la ciudad, no tener antecedentes penales y hablar castellano.
Uber: "Hemos cambiado"
En un comunicado público, la firma ha aseverado que "Uber ha revolucionado la forma en que la gente se mueve por la ciudades de todo el mundo, pero también es cierto que hemos cometido errores por el camino. Estamos cambiando nuestra manera de trabajar, centrando nuestros esfuerzos en conseguir la confianza de la ciudades en las que estamos presentes".
"Barcelona no es una excepción --ha continuado la empresa--. Queremos trabajar con los agentes locales para contribuir a construir un modelo de movilidad más sostenible".
150 coches y 300 conductores
La nueva operativa de Uber en Barcelona será, en un principio, modesta. Trabajará con 150 vehículos y dos conductores, uno por turno. Ello le permitirá cubrir franjas de doce horas y aprovecharse del tirón que tiene la aplicación entre vecinos y turistas, conocedores del sistema, que está implantado en 83 países y 674 ciudades de todo el mundo. En este sentido, la multinacional competirá con otra rival que también utiliza licencias VTC para prestar un servicio de transporte: Cabify. La empresa anunció el pasado año que buscaba llegar a los 500 vehículos en Barcelona en diciembre.
Las dos operadoras deberán sortear un nuevo obstáculo legal: un decreto del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que busca limitar la proporción de VTC y taxis a 1 por cada 30, como establece la última modificación del Reglamento de Transporte Terrestre (ROTT), aprobada en 2015. Según el texto, aún en exposición pública, los vehículos con estos permisos necesitarán una "autorización previa, provisional o definitiva", que se otorgará en función de la contaminación ambiental o la saturación del transporte rodado.
Segundo intento
Cualquiera que sea el escenario de mercado, esta será la segunda vez que Uber trata de establecerse en la Ciudad Condal. El primer intento llegó con Uberpop, un servicio con coches particulares que el juzgado mercantil número 2 de Madrid suspendió de forma cautelar. En aquella ocasión, el magistrado dictaminó que ejercía "una actividad que infringía las normas jurídicas de manera muy evidente en un sector regulado".
Posteriormente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó el 20 de diciembre del 2017 que el servicio "estaba ligado a una actividad de transporte", por lo que debía cumplir la normativa vigente en este campo, incluida la de obtención de licencias.