Se ha celebrado el Día Mundial del Turismo, uno de los sectores que más empleo genera en el mundo y que sigue creciendo con el viento a favor de la globalización y la revolución tecnológica. Los países emergentes concentran más de tres cuartas partes de la población y ya generan la mitad del PIB mundial. Hace tan solo 40 años era una cuarta parte.

Ese proceso exitoso de desarrollo ha permitido la mayor reducción de pobreza extrema de la historia de la humanidad y el desarrollo de una incipiente clase media. El turismo es un bien de lujo que los seres humanos nos podemos permitir cuando nuestra renta supera el nivel de subsistencia.

Las previsiones esperan que en la próxima década se creen en el mundo 1.000 millones de consumidores de clase media. La mayor parte tendrá lugar en el Este y cada vez más al Sur. Asia tiene fantásticas playas y desde España no tiene sentido competir con ellas. Pero la mayoría son de culturas milenarias que valoran mucho el turismo cultural y la cultura milenaria que pasó por España: fenicios, cartagineses, griegos, romanos, islámicos, etcétera.

Si conseguimos subir el precio un 25% y recibimos un 10% menos de turistas, habremos aumentado los ingresos el 12%. Los hoteles de más calidad son más intensivos en empleo, y el empleo aumentaría más del 12% y con mejores salarios

España es el tercer país con más monumentos declarados patrimonio y para nosotros este fenómeno global es una gran oportunidad. El turismo de sol y playa ha llegado a la saturación de número de turistas y el objetivo debe ser la excelencia en el servicio, la calidad, y subir los precios. Si conseguimos subir el precio un 25% y recibimos un 10% menos de turistas, habremos aumentado los ingresos el 12%. Los hoteles de más calidad son más intensivos en empleo, y el empleo aumentaría más del 12% y con mejores salarios.

En turismo urbano y cultural Barcelona es el caso de éxito a imitar. La transformación de la ciudad en los años 80, las olimpiadas y una gestión profesional con Turisme Barcelona han sido claves. Pero también tiene problemas de saturación. La moratoria no soluciona nada. La ciudad debe seguir apostando por la calidad, precios más elevados, con más empleo y mejores salarios. Pero en el turismo cultural nos queda todo un mundo por descubrir.