Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank (izq.), y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia / BANKIA

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank (izq.), y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia / BANKIA

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Los socios de Caixabank y Bankia superarán el beneficio por acción pre-Covid en 2022

El consenso de analistas preveía que los resultados de ambas entidades se situaran al cierre de ese entre un 10% y un 25% por debajo de los de 2019. La fusión mejorará ostensiblemente este escenario

20 septiembre, 2020 00:00

La absorción de Bankia por Caixabank permitirá a los socios de ambas entidades recuperar e incluso superar con holgura el beneficio por acción previo a la crisis del coronavirus en 2022, antes de lo que preveían los analistas para cada uno de los bancos. Para ese año, el consenso situaba el resultado de Caixabank casi un 10% por debajo del de 2019; y el de Bankia, un 25%. El cálculo a raíz de las estimaciones ofrecidas por los protagonistas de la fusión apunta ahora a todo lo contrario.

En este tipo de operaciones, los ejecutivos insisten hasta la saciedad en el concepto de creación de valor para el accionista. Y la que propiciará el nacimiento del nuevo Caixabank no es una excepción. Los que serán sus ejecutivos; José Ignacio Goirigolzarri como presidente y Gonzalo Gortázar como consejero delegado, se encargaron de remarcarlo en la presentación ante la prensa del acuerdo para llevar a cabo la integración de las entidades. Hasta el punto de que, incluso, lo ilustraron con cifras.

El salto de Bankia

Fue Goirigolzarri quien más hincapié hizo en este punto; no en vano, los accionistas de Bankia, la entidad que preside desde hace ocho años, son en un primer momento los grandes beneficiados de la operación. Además de la prima sobre el precio de cotización del banco previo a la noticia sobre las conversaciones para la fusión, el ejecutivo vasco aseguró que, gracias a ella, el incremento del beneficio por acción de Bankia al cierre de 2022 será del 69%.

Naturalmente, si todo sale como está previsto, para entonces Bankia ya no existirá como tal pero sí sus accionistas (entre ellos, el Estado, mayoritario con un 61% del capital) integrados en el nuevo banco. La previsión de beneficio de la entidad para 2022 reflejada en el último consenso de analistas (que data del mes de julio, antes de que se iniciaran las negociaciones) se sitúa en 405 millones de euros, lo que supone un 25% menos que el resultado de 2019, es decir, el anterior al estallido de la pandemia del Covid-19. La estimación del incremento del beneficio por acción mencionada por Goirigolzarri situaría el hipotético resultado de Bankia a cierre de 2022 en 684 millones de euros, esto es, un 26,5% por encima del de 2019.

Sin previsiones

Para los accionistas de Caixabank, el salto es algo más pequeño pero también supone un cambio de tornas. De acuerdo con las cifras facilitadas den la presentación, el beneficio por acción de la entidad que aún preside Jordi Gual experimentará una evolución del 28% hasta 2022. Para ese ejercicio, los analistas preveían que la entidad ganara 1.537 millones de euros, es decir, un 9,8% menos que en 2019. Gracias a la fusión, el resultado de 2022 que proyectan las estimaciones anunciadas por Goirigolzarri alcanzaría los 1.960 millones de euros (un 15% por encima del beneficio pre-Covid).

En los números que hasta ahora se conocen de la fusión no están incluidas previsiones sobre resultados de la entidad resultante de la operación, que será el primer banco de España por volumen de activos. Tampoco se ha facilitado una estimación de las cuentas proforma de 2019 (es decir, como si la fusión ya se hubiera llevado a cabo ese año). De ahí que las citadas estimaciones sean las únicas que, por ahora, permitan vislumbrar el futuro del nuevo banco.

Complejidad contable

Durante la presentación a la prensa de la fusión, tanto Gortázar como Goirigolzarri hicieron hincapié en la complejidad de la integración, especialmente desde el punto de vista contable, muchos de cuyos aspectos aún no están cerrados y en los que tendrán que trabajar con intensidad durante los próximos meses. Estos cabos sueltos son los que impiden que, por ahora, se cuente con estimaciones oficiales sobre una posible evolución de la cuenta de resultados, más allá de cálculos internos que no han trascendido.

Una vez formalizado el nuevo Caixabank, lo que está previsto para el primer trimestre de 2021, la entidad se pondrá manos a la obra en la definición del camino a seguir a medio plazo, que podría plasmarse en un plan estratégico, según apuntó Gortázar. Ambas entidades están inmersas actualmente en sus respectivos planes. En el caso de Bankia, el suyo está a punto de finalizar mientras que el de Caixabank se extendía hasta el año que viene.