La bolsa es una de las principales opciones de inversión de las sicavs / EP

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Business

Los Serratosa, exdueños de Uralita, echan el cierre a sus sicavs

Los supervivientes de la saga de empresarios valencianos dejan atrás 20 años en la inversión colectiva

14 septiembre, 2021 00:00

La familia Serratosa Luján es una de las últimas grandes fortunas en sumarse a la tendencia de dar la espalda a la inversión colectiva para gestionar su patrimonio. Los empresarios, supervivientes de la saga que vivió su auge a caballo entre los dos siglos, han liquidado la sociedad Grattarola, a través de la que administraban un patrimonio en el entorno de los 35 millones de euros.

En forma de gota malaya, los ricos abandonan el mercado de las sicavs, a la vista de las nuevas cargas fiscales que hacen el producto menos atractivo. Hace ya algunos años que este tipo de sociedad, que alcanzó una gran aceptación entre los altos patrimonios precisamente en la época de máximo esplendor de los Serratosa, ya no goza de este predicamento debido a que las notables ventajas que presentaba, especialmente desde el punto de vista de los impuestos, se han diluido conforme los sucesivos gobiernos han adoptado una política de armonización fiscal de este tipo de productos.

Escisión familiar

Al frente de Grattarola se encontraba Pablo Serratosa, quien lideró en su día la separación familiar en el mundo de los negocios cuando decidió, junto a sus hermanas Ana y Begoña, dejar Nefinsa, la mercantil señera de una saga familiar que inició su andadura hace más de cien años, allá por la segunda década del pasado siglo.

Precisamente, la creación de Grattarola se inscribe en el contexto de la operación que llevó a parte de los Serratosa Luján a tomar caminos diferentes: la adquisición de la por entonces denominada Uralita (hoy en día, Coemac).

Auge y caída de Nefinsa

A comienzos del presente siglo, Nefinsa se hizo con el control de Uralita a través de una opa hostil que logró salir adelante, algo inédito hasta el momento en la historia empresarial española. En 2002, Grattarola se inscribía como sicav en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se confiaba su gestión a Deutsche Bank, que no tardaría en llegar a un acuerdo de cogestión con la sucursal española de la entidad suiza Lombard Odier.

Cinco años más tarde, Nefinsa optó por incrementar su peso en Uralita a través del lanzamiento de otra opa, una decisión que generó muchas dudas internas y no pocas discrepancias, que terminaron con la salida de Nefinsa de los tres miembros de la familia Serratosa Luján citados.

Nuevo camino

El tiempo les dio por completo la razón. La crisis financiera que comenzó a asomar en 2007 y que terminó por estallar definitivamente durante los meses posteriores hizo de aquella operación una maniobra por completo ruinosa. Ya fuera de Nefinsa, Pablo Serratosa lideró la creación de Zriser, con la que emprendió inversiones por entonces atrevidas, como una apuesta por las energías renovables que tardó un tiempo considerable en empezar a ser rentable.

Sin embargo, lo que permaneció estable en todo este tiempo convulso, repleto de cambios y dificultades fue la apuesta por las sicavs y, en concreto, por Grattarola, ya gestionada en exclusiva por Lombard Odier en sus últimos años.

Casi 100 sicavs menos en 2021

De esta forma, la entidad helvética se queda sin una de las sicavs más voluminosas de la quincena que gestiona en la actualidad, entre las que destaca, también por el volumen de activos bajo gestión, Financiera Ponferrada (Fiponsa).

En los últimos trimestres, la reducción en el número de sicavs registradas en España ha sido notablemente significativo. Hasta junio, casi un centenar de estas sociedades habían sido liquidadas en 2021, lo que situaba el número total en poco más de 2.300.

El ejemplo de Amancio Ortega

Se trata del dato más bajo desde comienzos de siglo, precisamente desde que se creó Grattarola, cuya trayectoria ya toca a su fin.

Por entonces, se daba el caso contrario; las sicavs estaban en pleno auge y, además, en aquellos primeros años 2000, eran muchas las grandes fortunas que contaban con uno o varios vehículos de este tipo. Sin ir más lejos, el mismísimo Amancio Ortega registró dos para canalizar parte de los ingresos que obtuvo por la salida a bolsa de Inditex, que se produjo en mayo de 2001.

Los últimos supervivientes

En la actualidad, son pocos los elevados patrimonios que mantienen ahorros en este tipo de sociedades; entre ellos destacan los casos de la familia Del Pino, fundadores y primeros accionistas de Ferrovial; y la empresaria e inversora Alicia Koplowitz.

También están en esta situación el financiero Juan Abelló; la familia Palatchi, fundadores de Pronovias; y los Hernández Calleja, primeros accionistas del grupo alimentario cotizado Ebro Foods.