El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá / EP

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá / EP

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Seguridad Social maneja desprender de sus partidas orfandad y viudedad

José Luis Escrivá quiere que sea el Estado, a través de los PPGG, quien pague estas ayudas

23 octubre, 2020 17:42

El Ministerio de Seguridad Social busca fórmulas para paliar el déficit de las finanzas estatales de casi 25.000 millones de euros, a tenor de la documentación enviada a Bruselas. Para ello, José Luis Escrivá quiere aligerar las partidas de su cartera y prevé sacar viudedad y orfandad para que se paguen a través de los Presupuestos del Estado.

Tal y como informa La Razón, el Gobierno no ve con malos ojos esta operación cuyas nóminas se elevaron en septiembre pasado a 1.709 millones y 139,6 millones de euros.

Pacto de Toledo

No obstante, según cuenta dicho medio, la eliminación de estas partidas en la cuenta de la Seguridad Social está supeditada a que lleguen a buen puerto las conversaciones de los diferentes partidos del Pacto de Toledo, que se reanudan esta semana. 

Además, la reforma que prepara Escrivá recoge una mejoría paulatina de las pensiones de viudedad de los mayores de 65 años cuando esta prestación sea su principal fuente de ingresos

Partidas

Entre las partidas que Escrivá considera que no debería asumir su departamento están las políticas no contributivas que se financian con cuotas (11.305 millones de euros), las reducciones en la cotización de la Seguridad Social, como las tarifas planas de los autónomos o las reducciones de los sistemas especial agrario o de empleados del hogar (1.818 millones de euros); la prestación por nacimiento y cuidado de hijos (2.953 millones de euros), el complemento por maternidad (1.082 millones); así como las subvenciones implícitas a regímenes especiales y el coste de completar las lagunas para el cálculo de la pensión de jubilación (1.014 y 788 millones de euros, respectivamente).

El titular de Seguridad Social ya puso de manifiesto que la contabilización de estos gastos impropios es una fuente de “incertidumbre” para la sociedad y que tiene unos efectos devastadores.