Una foto del peaje 'free flow' de la AP-7, una de las principales infraestructuras que gestiona Abertis / ABERTIS

Una foto del peaje 'free flow' de la AP-7, una de las principales infraestructuras que gestiona Abertis / ABERTIS

Business

‘Road Tech’: clave para gestionar el tráfico y mitigar los efectos del cambio climático

Un informe de Abertis y Economist Intelligence revela cómo las nuevas tecnologías de carretera pueden transformar el sector del transporte y mejorar la movilidad

28 febrero, 2018 10:36

Los problemas derivados del uso del transporte son múltiples y muy complejos. La pérdida de productividad fruto de la congestión, por ejemplo, conlleva un coste de 80.000 millones de euros al año en la Unión Europea (UE), según explica Bruselas. En tiempo, se calcula que un individuo pasa un promedio de 36 horas en atascos de tráfico y 75 planificando rutas, y está previsto que esta cifra aumente en un 6% en 2030. El pasado septiembre, Abertis y el Economist Intelligence publicaron un informe que revela cómo las nuevas tecnologías que se instalan en las carreteras, el Road Tech, pueden afrontar los desafíos que genera el aumento del tráfico mundial.

Por si el coste en tiempo fuera poco, el transporte rodado tiene efectos perjudiciales sobre la salud. Para empezar, como es lógico, se sitúan los accidentes de tráfico. Según la OMS, éstos causan 1,25 millones de muertes al año y entre entre 20 y 50 millones de heridos, lo que equivale a dos muertes por minuto. Además, el transporte rodado supone alrededor del 22% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) en la OCDE, una de las principales causas del calentamiento global y que también afecta negativamente a la salud pública.

El ‘Road Tech’, una solución plausible

Las nuevas tecnologías de la carretera, el denominado Road Tech, están transformando el sector del transporte, y son la clave de una movilidad futura más inteligente, segura y sostenible.

A pesar de los avances en los coches autónomos y eléctricos, estas novedades no desplegarán su verdadero potencial si la innovación en la infraestructura de carreteras no evoluciona al mismo ritmo que los avances en la tecnología de los vehículos.

En este sentido, el Road Tech puede ser la plataforma de futuro de la movilidad, al redefinir tanto la superficie como la infraestructura viaria para incluir componentes digitales, redes y sensores inalámbricos, así como la tecnología de carga de los vehículos eléctricos.

Ejemplos tecnológicos en carretera

Por su parte, el Big Data y la economía colaborativa facilitan la “movilidad como servicio”, lo que permite reducir las emisiones de CO2 e incrementar la eficiencia en las carreteras. Así, por ejemplo, un test en Lisboa demostró que la sustitución de vehículos compartidos y autobuses reduciría las emisiones en un tercio y disminuiría el espacio de aparcamiento en un 97%.

Según otro estudio elaborado por McKinsey Global Institute, los vehículos autónomos podrían reducir los accidentes en un 90%. Sin embargo, sólo funcionarán con una infraestructura inteligente que los guíe.

También es novedosa la introducción de la gestión activa del tráfico, que permite aliviar la congestión y reducir la contaminación atmosférica que provocan los atascos. En Estados Unidos, varios proyectos de sistemas de transporte inteligentes ya han dado sus frutos: la coordinación de señales ha reducido el consumo de combustible hasta un 15% y las emisiones de CO2 en un 19%, según el Instituto de Transporte de Texas.

Retos en su completa aplicación

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta una completa aplicación del Road Tech es el coste económico que supone la construcción de la infraestructura, demasiado elevada tanto para el sector público como el privado. Por ello, “las colaboraciones público-privadas tendrán un papel cada vez más destacado a la hora de salvar el déficit anual de 1-1,5 billones entre la demanda y la inversión en infraestructuras”, tal y como cuantifica Boston Consulting Group.

Además, es importante que exista la voluntad de querer llevar a cabo estas inversiones para adaptar las carreteras a los cambios en la industria del automóvil. James Anderson, director del Instituto para la Justicia Civil del Departamento de Justicia, Infraestructura y Medio Ambiente de RAND Corporation, apunta que “algo puede ser tecnológicamente viable, pero eso no es una condición suficiente para que se haga realidad”.

‘Road Tech’ en España

La firma española Autopistas implementó el abril pasado el primer sistema de peaje sin barreras free-flow en España, concretamente, en la AP-7. Éste permite realizar el paso por el peaje a 60km/h sin tener que esperar al semáforo en verde ni la apertura de la barrera.

Otro avance importante, en lo que a autopistas conectadas se refiere, fue el acuerdo global entre el grupo Abertis y Waze (programa Connected Citizens) para compartir información del tráfico en tiempo real, que actualizan los conductores en la aplicación. Así, los usuarios obtienen de Abertis información actualizada del tráfico y de programas de obras u otras incidencias que puedan afectar a su ruta.

Todas estas implementaciones de la tecnología en las carreteras están orientadas a mejorar la conducción segura y sostenible, y reducir los impactos negativos que pueden desprenderse a largo plazo por el aumento del tráfico mundial si no se toman las medidas oportunas. Los expertos consideran que los próximos 5-10 años serán cruciales para determinar el futuro de las carreteras del mundo.