Imagen del campus de Repsol / EP

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Business

Repsol, a la caza de un botín de 3.500 millones por su negocio de exploración

La estrategia de la energética para acelerar su transición hacia el ámbito de las bajas emisiones se encuentra con una inesperada vía gracias a la propuesta del fondo norteamericano EIG

8 junio, 2022 00:00

La transición de Repsol hacia el negocio de la energía verde se ha encontrado con un elemento inesperado, en forma de oferta no solicitada por una participación en su negocio exploración y producción. Una operación que la compañía estudia tras la propuesta del fondo estadounidense EIG, uno de los mayores del sector de infraestructuras energéticas, que podría llevar a las arcas del grupo español unos ingresos en torno a 3.500 millones de euros. 

La cifra equivale a algo más de la mitad de las inversiones que la empresa que preside Antonio Brufau planea destinar al desarrollo de su cartera de renovables, que se incluye en su plan estratégico a cinco años, aprobado a finales de 2020.

Poner en valor las renovables 

Precisamente, el mercado aguardaba en estas semanas novedades al respecto de la financiación de una apuesta tan firme, toda vez que Repsol se había dado de plazo hasta mediados del presente año para tomar una decisión respecto a la puesta en valor de su filial de activos de bajas emisiones.

Todo parece indicar que, finalmente, Repsol ha optado por dar entrada a un socio minoritario, en detrimento de una potencial salida a bolsa, una opción que la elevada volatilidad en la que se han visto envuelta los mercados desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania ha hecho mucho menos aconsejable. 

Oportunidades y propuestas

En este escenario ha saltado la sorpresa en forma noticia adelantada por la agencia Reuters. Repsol negocia la venta de hasta un 25% de su negocio de exploración, también conocido como de “petróleo y gas” o ‘upstream’ después de un acercamiento no solicitado del fondo, de acuerdo con la citada información. 

La compañía española se ha remitido como reacción a un breve comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que confirma que analiza “diversas oportunidades y propuestas relacionadas con dicho negocio”, aunque sin tener una decisión tomada al respecto. 

Entrada a la sede de la CNMV en Madrid / EP

Entrada a la sede de la CNMV en Madrid / EP

Apetito inversor en auge

El proceso que Repsol tenía en marcha desde hace varios meses está relacionado con su negocio de renovables, precisamente para proseguir con su crecimiento en este área; sin embargo, el creciente apetito inversor por el negocio de petróleo y gas en todo el mundo parece abrirle una oportunidad que le permitiría incluso mantener al 100% la filial de bajas emisiones.

La oferta de EIG ha hecho que la dirección de Repsol se replantee si debe aprovechar un momento como el actual, en el que el apetito inversor por el negocio de petróleo y gas no sólo ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia sino que además se encuentra en uno de los puntos más elevados de siempre. 

Un 70% más

Como prueba, las operaciones de fusiones y adquisiciones que se realizaron en este ámbito concreto del sector energético totalizaron en 2021 un volumen de 181.000 millones de dólares (algo más de 172.000 millones de euros, al cambio actual), lo que supone un incremento cercano al 70% el registrado en 2020 y, lo que es más significativo, la cifra más alta desde 2017, cuando se estableció un récord de 206.000 millones de dólares.

En la mayoría de las principales operaciones, muchas de las cuales han consistido en fusiones y combinaciones de negocios, se han empleado multiplicadores para fijar el precio que valoran este tipo de negocios entre tres y cuatro veces su resultado bruto de explotación (Ebitda)

Negocio estratégico

En el caso de Repsol, el negocio de upstream aportó un beneficio operativo ligeramente superior a los 4.400 millones de euros en 2021, un 54% del total obtenido por la empresa; de esta forma, con la referencia de los multiplicadores empleados en las últimas operaciones, la compañía podría ingresar en torno a 3.500 millones por una venta que, además, no le impediría seguir con este negocio bajo control y por completo consolidado en sus cuentas.

En la junta de accionistas celebrada recientemente, Brufau recalcó el carácter estratégico del negocio de petróleo y gas (algo que Repsol recuerda en el citado comunicado remitido al supervisor) pero además recalcó que lo será durante los próximos años, con independencia de los avances que la compañía efectúe en el ámbito de las bajas emisiones. De modo que, de llevarse finalmente a cabo la venta, tan sólo supondría comenzar a soltar lastre de forma sostenible y con vistas al ambicioso objetivo de la neutralidad en carbono para 2050.

El socio de Aramco

Una de las operaciones más destacadas de EIG se produjo el pasado año cuando un consorcio liderado por el fondo se hizo con el 49% de una sociedad constituida junto al gigante público saudí Aramco que se encargará durante los próximos 25 años de gestionar los derechos de cobro por el empleo de los oleoductos en territorio local. Por esta participación, el consorcio de EIG desembolsó unos 12.400 millones.

El mercado ha recibido con los brazos abiertos la posible operación, como refleja el avance del 3,5% experimentado por Repsol en la sesión del martes, que consolida a la energética como el mejor valor del Ibex 35 en 2022, en el que ha engordado cerca de un 53% su capitalización, que ya se sitúa por encima de los 24.350 millones de euros.