El crucero Empress de Pullmantur, en el que cien pasajeros contrajeron salmonela en 2013 / CG

El crucero Empress de Pullmantur, en el que cien pasajeros contrajeron salmonela en 2013 / CG

Business

Pullmantur racanea también a los pasajeros de la salmonela

La naviera trata de indemnizar con la mínima cantidad a cien personas que se intoxicaron a bordo del crucero 'Empress' en los fiordos escandinavos

8 marzo, 2018 00:00

Pullmantur racanea también a los pasajeros de la salmonela. La naviera busca pagar lo menos posible a un grupo de cien pasajeros que se intoxicaron con la bacteria a bordo del crucero Empress en los fiordos escandinavos en julio de 2013. Los afectados ganaron el juicio contra la compañía en primera instancia en 2017 y ahora han recurrido a la Audiencia Provincial de Madrid para buscar un mayor resarcimiento económico. Durante todo el proceso, la naviera ha buscado pagar lo menos posible, algo que Pullmantur no niega.

Según ha explicado la abogada de los afectados, Antonia Barba, la crucerista ha usado dos artimañas para pagar la mínima compensación posible. "Por un lado, contaron que los afectados estuvieron un día o día y algo de baja, cuando el baremo de incapacidad por salmonelosis de la Seguridad Social es de una media de siete días. Lo hicieron porque registraron las salidas del barco de los enfermos con sus tarjetas", explica. Además de esta añagaza, explica que Pullmantur trató de no compensar a los acompañantes de los infectados, pues consideraba que ellos sí habían podido disfrutar del crucero. "Ganamos en primera instancia y ahora la Audiencia Provincial de Madrid acaba de admitir a trámite el recurso que hemos interpuesto, pues no estamos de acuerdo con las cantidades", ha agregado.

Pullmantur: "Cumplimos con la normativa"

Preguntada por la cuestión, una portavoz de Pullmantur ha insistido en que el caso de la salmonelosis a bordo del Empress es un "asunto viejo" que no merece comentario, pues la justicia ya se ha pronunciado sobre el mismo. "Las sentencias firmes en los casos del Empress [y del Zenith, el crucero que se incendió en 2013] consignan que no se ha accedido a las pretensiones económicas de los denunciantes", ha precisado la misma representante.

En el mismo sentido, la misma fuente ha hecho hincapié en que las resoluciones judiciales "confirman la actuación diligente de Pullmantur Cruceros, cumpliendo siempre con las leyes y normativas aplicables en cada circunstancia y país".

"Su actuación fue vergonzosa"

Mucho más crítico se ha mostrado Ángel Cañizarez, presidente de la Asociación de Afectados Pullmantur Crucero Fiordos del Norte. "La actuación de la naviera ha sido de vergüenza durante todo el proceso. Cuando ocurrió, y que conste que una intoxicación puede pasar en cualquier lugar, nos confinaron en los camarotes sin poder salir. Nos daban medicamentos y comida con mascarillas. No podíamos abrir las puertas: era un secuestro. Yo pedí ser evacuado por mi mutua y me lo negaron", explica el turista.

¿Qué pasó después? "Al volver a España, había perdido ocho kilos. Pero la pesadilla aún no había terminado. La crucerista negó que fuera su responsabilidad en todo momento. Dijo que veníamos enfermos de casa. Cien pasajeros. Luego no querían devolver el precio del billete, que no era barato. Y no pagar a mi mujer, ya que no había contraído la bacteria. Dijeron que ella sí pudo disfrutar del viaje. Figúrese, cinco días de siete confinados en un camarote", narra.

"No recomendaré esta naviera a nadie"

Ángel representa a afectados como Adrián Maza. Este joven se enteró de que sus padres y hermana viajaban en el crucero, que partió de Malmö (Suecia) el 20 de julio de 2013. "Me avisaron por teléfono durante una escala, ya que no había cobertura a bordo. Mi padre es trasplantado de hígado y tiene que tomar medicación especial. Pues bien, cuando contrajo salmonelosis, le daban antibióticos en una bolsa sin receta, cuando su sistema inmunológico tiene que estar equilibrado. Fue muy peligroso y casi negligente", lamenta en conversación con este medio.

"Al llamar a la compañía urgentemente, me dijeron que me llamarían. Nunca lo hicieron. Al volver a España, la indemnización que nos ofrecían no cubría ni el coste del viaje. Negaron en todo momento su responsabilidad, hasta que en el juicio nos dieron la razón. Ahora hemos recurrido por cuantía, pero el fondo es el mismo: hubo un brote de salmonelosis a bordo después de que los pasajeros comieran en el bufé de cubierta. Ello no es lo peor, pues puede ocurrir en cualquier sitio. Lo lamentable es que la compañía tratara de esconderlo y no resarcir a los afectados. Esas cosas marcan la diferencia entre buenas y malas empresas. ¿Pullmantur? No recomendaré esa naviera a nadie", ha concluido.